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SeokJin no era una persona idiota, desde la llegada del carismático chico de sonrisa de bebé supo que algo no era normal en esa granja.

Comenzando por el hecho de que Jimin estaba inmerso en sus tareas en el invernadero y que Yoongi le haya prohibido entrar en ese lugar, diciendo algo acerca de plantas delicadas...pero eso no tenía ningún sentido. Al menos no para él.

Además de sus miradas llenas de complicidad y de qué Yoongi se haya mostrado renuente a la compañía de Jimin desde la noche anterior. El desayuno lejos de ser un buen momento donde disfrutaran de risas, se sumergió en una atmósfera incómoda y tensa. Algo no estaba bien.

Nunca estuvo más deseoso de salir a trabajar, mientras realizaba sus tareas diarias— ahora con mucho más cuidados porque Yoongi fue muy claro en que no le perdonaría otra equivocación—, miraba a lo lejos el invernadero, era muy amplio y no se podía ver dentro. La estructura era de cristal poralizado, sólo el techo era de cristal claro con algunas compuertas que se abrían para filtrar el sol. No despegó la vista de ese lugar el cual de repente estaba reluciente, tenía tanta curiosidad de ver dentro. Sus instintos le dictaban que todas sus respuestas se hallaban en ese lugar.

Chasqueo la lengua ¿Y si estaban acumulando cuerpos? ¿Si hacían experimentos con animales? ¿El pequeño Yeontan estaba en peligro? Desecho la idea al instante ¡Claro que no!
Jimin amaba a ese perro más que a su propia familia.

Siempre que tenía sexo con la esposa de aquel mafioso se enteraba de que los mejores secretos se hallaban encerrados en lugares simples, donde no se te ocurriría buscar, y qué mejor que un invernadero en medio de una granja.

Una mala cualidad que tenía Jin era ser curioso así que sin miramientos decidió que esa noche descubriría lo que aquel invernadero albergaba.









Después de una cena nuevamente incómoda se fue a la habitación que ocupaba a "dormir". Yoongi se había despedido de él sin ánimos, algo estaba molestándole y aún no tenían la suficiente confianza como para ser aquel que prestará su hombro. Sin embargo, algo extraño pasaba y era que la desgracia de Yoongi comenzó a preocuparle, por alguna razón no le gustaba ver ese semblante triste, prefería su sonrisa de muñeco.

Se escabullo escaleras abajo esperando no ser descubierto. Trataba de ser extra silencioso, llegando así a la planta baja, escuchó las voces de Jimin y Yoongi en lo que parecía ser una discusión, se acercó a la cocina y afinó su oído.

—...Teníamos un maldito trato y debiste respetarlo.

—Sabes muy bien que no tenía opción—dijo Jimin en el mismo tono molesto—. ¿Quieres un culpable? Habla con tus hermanos y tú padre.

—Cuando me fui, deje atrás todo esto Jimin, fue la condición para que te quedarás, no me importa lo que hagas fuera de la granja, aquí no puedes traer tu maldito trabajo.

—Por favor Yoongi, no será mucho, JungKook me aseguró que sería un par de días solamente.

—¿Y le crees al imbécil de mi hermano? Carajo, por eso estás tan jodido, esto fue sólo el principio, quiero que se largue, mañana mismo.

—Hablaré con Hoseok, pero ya deja de hacerme sentir así de mal. Lo siento.

Yoongi bufó. —Estoy cabreado contigo estúpido, jamás debiste aceptar, ni por mí, ni por ti ¿No crees que con esto Taehyung va a saber exactamente en dónde estás?

Jimin soltó una pequeña risa. —Él no vendrá aquí, sabes bien que te tiene miedo.

—No lo conoces, él vendrá aquí y te llevará.

—¿A la fuerza? No lo creo.

—Eres tan débil que al verlo y escucharlo terminarás aceptando, lo sabes bien, por eso has evitado topartelo.

—No seas injusto conmigo, menos en ese tema.

—Lo siento ¿Bien? Sólo estoy molesto, arregla esto, recuerda que no estamos solos ahora.

—¿Qué ocurre con ese chico? De verdad Yoongi, no me trago eso del contrato, es un inútil.

—No es tan malo.

—Ambos sabemos que lo es, pero te gusta. ¿No?

SeokJin escuchó con más interés. Yoongi le llamaba mucho la atención, era muy lindo e interesante, tenía esa aura dominante que le encantaba. No había conocido a alguien igual.

—Ya sabes mi regla.

—Por dios Yoongi ya pasó mucho tiempo, alguna vez tendrás que amar.

—Si, pero no a un completo desconocido.

—Te gusta, puedo verlo en tus ojos. Te conozco.

Yoongi bufó. —Es lindo y extraño, sí, me gusta un poco, pero eso no significa nada. Ya deja ese tema, quiero que esto termine mañana.

—Bien, vamos a dormir.

SeokJin se separó de la entrada de la cocina y caminó lentamente bajo las escaleras, dónde estaba oscuro, escuchó los pasos acercarse y cómo subían las escaleras. Contuvo la respiración, esperando más de unos minutos hasta que se escuchó a lo lejos el sonido de las puertas cerrandose.

Soltó el aire lentamente y salió de su escondite, dirigiéndose a la puerta trasera, haciendo el menor ruido posible, mordía su lengua cada que se escuchaba el mínimo ruido bajo sus pies, maldecia la madera vieja. Agradeció que Yoongi no usará llave sino el seguro interno, abrió la puerta y salió al frío de la noche. Una vez afuera, el temor de ser escuchado se redujo. Caminó hacia el invernadero.

Parado frente a la puerta, miró el candado, Jimin no parecía ser alguien muy inteligente si no quería que nadie entrada a su lugar especial, SeokJin antes que nada, era un ladrón, ese candado era un pan comido para él. Con un broche, comenzó a intentar abrirlo, mordiendo con fuerza su labio inferior. Sonriendo satisfecho cuando esté cedió y se abrió.

Entró, sorprendido por el aroma singular. Tanteó para prender la luz, paneles de luces en el techo se encendieron, era grande muchísimo, y casi car de nalgas al suelo cuando vio las plantas. Diferentes tipos de amapola y cannabis.

—Ah, así que de aquí viene el dinero. Muy buena máscara te cargas Yoongi bebé.

Caminó por los pasillos, todo estaba muy bien cuidado, en una esquina se veía algún tipo de juego de química. Su imaginación estaba desatada ¿Creaban drogas? Era insólito. En una esquina, después de unos plantíos, estaba un hombre, amarrado en una silla de metal, con la cabeza gacha, se quedó petrificado, se acercó lentamente.

—¿Hey?

Se acercó hasta que pudo ver su rostro sumamente golpeado. Chaqueo la lengua, negando, claro que no estaba asustado, se había acostumbrado a esas cosas, regresó a la mesa con las cosas de química y observó algunos frascos.

—Claro que están haciendo drogas.

Negó regresando, salió del lugar y puso de nuevo el candado, regresó con las manos en los bolsillos, ellos estaban haciendo cosas malas, pero ¿Quien era él para juzgar?

Entró a la casa y subió a su habitación con una sonrisa.

—Yoongi dijo que le gusto—rio bajito.



—Yoongi dijo que le gusto—rio bajito

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Protegido *JinSu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora