Ella vivía despreocupada sin importarle nada con esa carismática sonrisa que la caracterizaba o eso aparentaba a todos.
Él vivía entre las sombras de las sonrisa de esa hermosa chica callando el remolino de sensaciones que sentía cada vez que la veí...
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Uno, dos, tres, cuatro... Diez, si eso diez, diez días, diez días sin ver a Jordan, eso era lo que yo sentía, pero ¿Adivinen que? Sí, exactamente sólo habían pasado unas cinco horas, seis cuando mucho y yo sentía como si no lo hubiera visto en semanas.
Se que suena exagerado, pero no me importa.
Me encontraba sentada en el suelo de mi habitación mirando a ningún sitio en especial y lamentándome internamente por mis actos, mientras que Leti estaba a mi lado y Mariam sobre mi cama, ambas esperando a que les contara que había pasado.
—Smurf ¿Ya vas a decirnos que pasó con el mastodonte de tu novio o sólo seguirás ahí llorando como Magdalena desnutrida? — Preguntó Marian desde su lugar sobre mi cama.
—¡Mariana! — gritó Leti.
—¿Qué? Sólo quiero saber si tengo que golpear a ese tonto. — repuso la rubia en la cama.
—¡Ya basta Mariana! Lola, tranquila, no te sientas presionada, cuando estés lista puedes contarnos — sugirió Leti de manera relajada mientras apretaba mi mano sobre su regazo.
—Besé a Tyler.— dije sin más.
—¡¿Qué?! — Exclamaron ambas gemelas al mismo tiempo levantándose de golpe de sus lugares.
—Bueno más bien él me besó a mi, pero yo... Yo no lo detuve y... Le seguí el beso.
—¿Acaso estás loca? — dijo Leti — ¿Y se lo dijiste a Jordan?
—Mmm, bueno no. Se lo iba a decir pero...
—¿Pero qué Fabiola?
—¿Pero el eligió a Parkers por encima de mi? — dije bajando la cabeza.
—¿Cómo que la eligió a ella? — cuestionó Leti sin creerlo del todo.
—Así es. Me dijo que no confía en mí, pero que en ella si puede hacerlo — musité con los ojos bañados en lágrimas. Rompí en llanto y mis sollozos llenaron el silencio que se creó en mi habitación.
