Esperanza.

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Autora: Scarlet Raven

Parejas: Destiel, Sabriel.

Derechos: Los personajes no me pertenecen, naturalmente y para mi desgracia. Únicamente la historia es imaginación mía.

Disclaimer: Fanfic basado principalmente en la canción "La fuerza del destino", de Mecano. Con ligeras o enormes desviaciones hacia lo apocalíptico, sin sonrisas de por medio y disculpas de ante mano por la calidad. ¡Universo alterno!

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Al fin la nieve cesa y pueden caminar tranquilamente por las calles de la ciudad sin temor a caer y perder un arma entre aquella gruesa capa. Ahora, debe buscar una nueva excusa para que Dorothy le abrace, en vez de la excusa de que tiene frío. Además, debe asegurarse de que las guardias sean más cortas, pues aunque el frío es bastante fuerte, el calor en primavera y verano es espantoso, por lo que un solo descuido pondría en peligro a un miembro vital de la cuidad.

Los frutos deben ser plantados de nuevo, comenzar a hacer reservas en toda la ciudad para el próximo invierno. Asegurarse de que los Omegas estén bien, que Claire tenga listos los nuevos supresores y que el muro sea fortificado en la primavera, mes en el que, han descubierto, los Nocturnos atacan menos.

—¿Me estás escuchando?

Frente a ella, Dorothy mueve la mano de un lado a otro, tratando de llamar su atención. La verdad es que Charlie no se había percatado, de que la Beta le había estado hablando hacía varios minutos.

—¿Qué?

—Estaba diciendo, que Crowley quiere hablar contigo. Él dice que es algo súper urgentisimo.

—Para Crowley todo es urgente.

—Eso mismo respondí.

—¿Y se dio por vencido?

—¿Alguna vez lo haría?

Inevitablemente, Charlie comienza a reír. Por supuesto, Crowley no se daría por vencido por nada.

—De acuerdo. Dile que pase.

Tan pronto aquellas palabras abandonan sus labios, la puerta se abre con fuerza y golpea la pared. Crowley, vestido con un traje que alguna vez fue muy costoso y que no parece quitarse nunca, ni siquiera para trabajar en el laboratorio, entra caminando con el mentón en alto y una sonrisa pícara. En sus manos, lleva una computadora y un par de muestras con sangre.

—Ahora, voy a mostrarte el futuro.

Con esas palabras, Dorothy rueda los ojos, pero Charlie, curiosa por naturaleza, desliza las manos por el escritorio y lo invita a sentarse. Sin rodeos, Crowley mata su curiosidad con unas simples palabras:

—El fin de los seres humanos esta cerca.

—Crowley, si esto es acerca de los Novak...

—Tch. Pon atención.

Ella no lo hace.

Pues cree que todo lo que han pasado, es solo una mala racha y ahora pueden mantener viva la esperanza de seguir.

Una nueva historia donde cada uno de ellos sean felices, como en las historias que solía interpretar poco antes de enlistarse en el ejército.

Donde pueda mirar a los pocos huérfanos vivos correr más allá de las rejas, sin miedo a que algo más grande los atrape. Donde Omegas puedan sentirse tranquilos y no vivan aterrados a cada minuto del día, obligándose a mantener a raya su preciosa esencia para que un desliz de su parte no desate toda una jauría de Nocturnos y la ciudad caiga en un asedio.

Cuando ella y Dorothy puedan formar parte de una manada, cuidar cachorros nuevos de un precioso Omega, levantarse hasta tarde, desayunar juntas y enseñar a los niños acerca de un nuevo mundo.

Un mundo mejor, donde ellos sean la especie más fuerte, la que sobrevivió a todo ese desastre.

—¡Hora de cerrar las puertas!—grita horas más tarde en el laboratorio, dando una voltereta, dejándose caer en los brazos de su pareja, quien rueda los ojos, pero comienza a reír y Charlie suspira, porque, mientras ve a los Winchester abrazar por última vez a los Novak y salir del cuarto de sanación para que Claire revise su estado, sabe que aquella esperanza que tiene, no sería posible si no fuera por los chicos que han hallado.

Sonríe cuando ve la mirada llena de cariño que Dean y Castiel comparten; su pecho se siente cálido y cree, que todo eso es parte de alguna señal del destino, anunciando una nueva era, donde las cosas vividas en los últimos años, mejorarán y ellos podrán  vivir realmente en paz.

La fuerza del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora