Capítulo III → Mí reina

8.5K 830 453
                                    

Kakashi estaba seguro, que pese a su inteligencia, si estrategia y montón de cosas que lo harían un hombre de acción o de brazo derecho del rey. Él era simplemente el niñero. Claro que así no era como lo llamaban, pero era igual.
Después de todo él era quien debía seguir a Sasuke de aquí allá, ver que hiciera sus deberes. Que no se escapará, que no se escondiera. Y Sasuke era un pequeño demonio cuando quería.

Y a pesar de eso, el joven hombre le había tomado un cariño al niño. Se sentía como el hermano mayor, claro que mucho más amargado y perezoso de la vida que Itachi. Pero el hermano mayor al fin y al cabo.

Pero de pronto, sorpresa, Sasuke se ha quedado dormido y debe él mismo despertarlo y ordenarle tomar el desayuno. En realidad a Kakashi, llegar o no a tiempo a los lugares no le importaría demasiado, si no fuera porque se está hablando del príncipe, recién ingresado a la escuela y era su séptimo día. El niño podía con esto.

-No puedo Kakashi. -dijo el niño, otra vez a la entrada de la academia. El hombre suspiró.

-Vamos Sasuke. Estabas muy emocionado por esto, ¿Qué podría salir mal?

-No me gusta que todos me sigan. Me da miedo. -comentó arrugando la frente.

-Tienes una boca para decirlo. Si algo te molesta, haz que lo sepan. Para que ya no lo hagan más, ahora sí. Ve, yo estaré esperando aquí.

Sasuke infló los cachetes y comenzó una marcha hacía su salita. Había escuchado el día de ayer, como alguien decía que era demasiado listo para estar entre ellos, y él mismo creía que estaba demasiado equivocado decir que era listo, cuando siempre olvidaba como saludar a las visitas de otros reinos.
Se sentó de manera lenta en su puesto, notando cómo Naruto parecía estar haciendo algo en su cuaderno, de manera muy concentrada.
Sasuke apoyó su cabeza en una de sus manos, para estar algo ladeado mirando a Naruto, quien, pese a todo el bullicio, no había notado que su compañero de puesto -no deseado-, había llegado. El pequeño príncipe entre cerró los ojos, buscando así concentración para decorar que tenía tan atrapado al niño rubio. Casi se le caen los ojitos ante lo que vio. Naruto sabía dibujar, y estaba dibujando una de las tantas bestias ancestrales del reino.

El príncipe sonrió, todas las cosas que Itachi le había dicho, tomaban forma y notaba como su camino se iluminaba. Naruto era muy bonito, por supuesto que sí, y además era perfecto. Hacía bromas muy interesantes, le gustaba correr y siempre estaba riendo en los recreos, incluso era un artista. Sasuke sonrió, había encontrado a su reina.
Y todo porque Itachi era demasiado joven, para aclarar las dudas de su hermanito, pero qué se le va a hacer. Todo mal entendido tiene su historia.

Sasuke sintió mariposas en el estómago, cuando la carita de Naruto le se volteó. Sus ojos azules le miraban fijamente.

-¿Y tú qué me ves? -preguntó brusco. Tapando con sus brazos el dibujo.

-Eres una obra de arte completa, Naruto. -admitió Sasuke. - Y creo que sé, totalmente que tú eres mí reina.

Naruto abrió los ojos, mirando totalmente helado al príncipe. Está bien, muchas veces había dicho que era un niño raro, que actuaba extraño y que siempre estaba rodeado de todos, solo por ser el príncipe. Pero entre esas cosas que había pensado, jamás creyó que lo escucharía decir algo así. Que lo vería pronunciar esas palabras, sobre todo a él. De un momento a otro, su expresión de perplejidad se transformó en una de repudio. Arrugó su nariz pequeña y se acomodo un poco más lejos del niño.

- Yo no soy una niña. -aclaró Naruto de forma pausada. Mirando con molestia a Sasuke. Sasuke, simplemente le sonrió.

-Lo sé. Eres un niño como yo y también serás mí reina. -habló, como si todos los días dos niños de ocho años hablarán de ese tipo de cosas. No, como si todos los días, se hablaba ese tipo de cosas con un príncipe, en toda la palabra. - Ay no.

La expresión de terror, asustó también a Naruto.

-¿Qué pasó? -preguntó el rubio algo bajito, avergonzado de la situación. La mirada alarmada de Sasuke se enfocó en él.

-¡Disculpa mí idiotez! -exclamó de pronto. Naruto concordó en que si tenía una idiotez, pero aún así, en lugar de molesto el príncipe seguía muy asustado. - He dicho que eras mí reina, sin antes tener tu corazón. ¡Que tonto he sido! ¿Me quieres? -preguntó, acercándose al niño, olvidando el espacio personal. Naruto negó de inmediato moviendo la cabeza.

-A mí me gusta Sakura. Tú buscaste una reina o lo que sea en otra parte.

-Itachi dijo que si lograba conquistarte serías mí reina. -susurró decepcionado.

Naruto no lo podía creer. El príncipe mayor, sucesor de la corona era quién tenía las ideas raras. Mira qué decirle a tu hermano que un niño sería su reina o lo qué fuera. El rubio buscó con alivio la mirada de Iruka. Le suplicaria, si era posible, para que lo dejara muy muy, pero muy lejos del príncipe.

-Pues fíjate que no tienes ningún punto a favor, Sa-su-ke. -pronció, sílaba por sílaba y de manera lenta, el nombre del pequeño. - Ahora deja de hablarme, porque todos nos miran.

Sasuke asintió. Convencido de que esas palabras eran en realidad una afirmación a seguir con el siguiente paso. Pero sin Itachi, tendría que arreglárselas él o pedirle a Kakashi ayuda. ¡Que gran idea! Kakashi siempre estaba arreglando cosas del reino, esto sería pan comido para el hombre.

-No.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Eres muy pequeño todavía. Así que no.

-¿Cómo que pequeño? ¡Tengo ocho años! -exclamó cruzándose de brazos. Mirando como el hombre leía con atención un libro extenso de quién sabe que cosas.

-Uih sí. Y eres un enano.

-¡Algún día también seré tan alto como tú!

-Sasuke. Por favor, es imposible que tengas una reina a tu edad. Además, siempre serás un príncipe. Solo Itachi puede tener una reina. Creí que habíamos hablado de eso.

Sasuke realmente no había pensado en eso. Qué tragedia, pero qué más daba. Él podría ser rey, le gustase o no a Itachi. Después de todo él tenía mejor gusto en la cocina y dibujaba mejor. Por supuesto y tenía un muy buen uso de diversos lenguajes.
Aún así, Sasuke aspiró fuerte, para dar media vuelta y caminar con la frente en alto lejos de Kakashi, en dirección hacía la cocina, esperando que su pequeño estrés bajará con algunos postres.
Kakashi suspiró, sin Itachi ni la reina todo era difícil, más aún cuando el rey estaba demasiado ocupado solucionando dispuestas de mercaderes en el reino.

Rodando los ojos, el joven hombre se encamino hacia la cocina. No deseaba que Sasuke estuviera en ninguna clase de problemas, la vida del niño estaba en sus manos. Y quizás, no sería tan mala idea ayudarlo con su nuevo objetivo.
Total un rechazo o una falta de sangre real, serían suficientes para quitar esa idea del pequeño príncipe. Oh, pero Kakashi no tenía ni idea, de que realmente ya nada era impedimento para que su corazoncito dijera ya le encontré.









N/A: Por si no saben está historia empezó gracias a un montón de canciones Disney, sobre todo las del Rey León xD así que el pequeño Sasuke ya estamos entrando hacía el significado del título úwù. Gracias por leer💕

Quiero ya ser rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora