Capítulo VI → Aquel tío que se alejó del reino

4.8K 490 161
                                    

La familia real era una familia de un enorme  prestigio, que como se esperaba, con miembros que habían sido destacables personas en varias áreas importantes. Por algo había una sala en el castillo, con la historia de la familia, Sasuke realmente con suerte podía memorizar cada nombre y a veces olvidaba algunos, pero todo era cuestión de crecer para entender un poco más.

Y claramente como se creía, la mayoría de miembros que no tenían acceso directo al trono de manera legítima, habían aventurados sus vidas en otros reinos e incluso pequeños pueblos perdidos en cualquier mapa. Sasuke siempre había encontrado más fascinante las vidas de aquellos que vivan en la lejanía, —y que probablemente aún creían que el pequeño Sasuke tenía dos años—, que las vidas del castillo. Aunque, ahora había encontrado la sonrisa de Naruto, estando listo para presumir su impactante aventura de romance. Sasuke tampoco entendía muy bien como iba el romance, pero si el ramen le había gustado al pequeño rubio, significaba que iba bien.

Sin embargo, el tío lejano, Orochimaru Uchiha, aquel hermano de Fukagu, que solía hacer extraños tratos con curiosos entes invisibles al humano que no quisiera ver más allá, había denegado cualquier invitación a Konoha. No tenía intenciones de volver al reino, y solía decir, en sus cartas, que tenía nulo interés en ver la tierra vaga en donde se crío.

Pero entonces, ¿Por qué ahora todos en el castillo corrían de un lado a otro diciendo que después de mucho tendrían la visita del joven hombre? Sasuke abrió sus ojitos con asombró, impactado con la noticia, recordaba vagamente a su tío. Por los grandes cuadros, pero no podían definir lo que era la totalidad del hombre.
El pequeño príncipe había estado mirando con atención como todos los sirvientes se movían de un lado a otro, sosteniendo manteles, acomodando muebles y limpiando incluso en lo lugares más extraños. Espantaron a sus amiguitos roedores.

Alistando su ropita, estaba caminando hacia la salida, hasta que una mano le sostuvo el hombre deteniendo su carrera. Sasuke alzó una ceja, mirando hacia arriba.

—No creo que tus padres quieran que salgas justo ahora.

—¡Pero Kakashi! Tengo que ir a ver a Naruto. —dijo, formando un puchero con sus labios.

Kakashi suspiró, agachándose un poco a su altura.

—Lo sé, pero no olvides lo mucho que se molestaron por la mentira. Olvidé que los postes no se hacen con verduras. —pensó un instante. — Solo por hoy Sasuke. Mañana iremos, y solo no gastes tanto dinero. Ahora no podré comprarme la sección de libros que deseaba.

Sasuke se cruzó de brazos. Mirando a Kakashi, rodó los ojos, moviendo sus pies un poco, algo molesto.

—Bueno. Pero si Naruto está triste mañana, es culpa tuya.

—Toda mí culpa. —alzó ambas manos.

Un poco más convencido, pero no tan contento, Sasuke volvió sobre sus pasos de manera lenta y pesada. Ahora sentía que ni quería ver a su tío, le estaba arruinando su perfecto plan. Itachi de seguro se estaba probando la corona muy feliz en su habitación. De brazos cruzados, Sasuke no tardó demasiado en estar corriendo por todas partes mientras llevaba en sus manos un montón de ricos panqueques. El joven guardia que lo cuidaba, también iba corriendo detrás de él, no era demasiado buena idea engañar a los chef a cargo, mucho menos a la gran señora de la cocina, que tenía el secreto de la receta heredada en familia.

El pequeño príncipe era simplemente un demonio de las travesuras. No había ninguna duda de ello, sin embargo, siempre les atrapaba con la guardia baja. Literalmente.

Para la velocidad que había corrido, Sasuke logró encontrar calma en el gigantesco patio trasero, que daba hacía la vista de las tierras que no eran habitadas por nadie, perdiéndose un poco más allá, el camino desierto, en el gigantesco bosque. El pequeño príncipe suspiró, realmente tenía ganas de ver a Naruto, deseando por vez primera ir hacia el pueblo, memorizando en su cabecita un camino que no conocía, pero que deseaba imaginar, que lo llevaría dónde el niño rubio.

Quiero ya ser rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora