Cadenas De Amargura

CAPITULO 34

Estamos en mi habitación, mañana seria sábado y decidimos pasar el fin de semana juntos, estamos sentados a la orilla de la cama... nuestras ropas están en el suelo, mi brazo pasa por detrás de su espada y mi mano está masajeando lujuriosamente uno de sus pechos, mi otra mano esta entre sus piernas acariciando su intimidad que está más que húmeda lo cual hace que mis dedos se deslicen fácilmente de arriba abajo, sus piernas están abiertas mientras nos besamos con lujuria, esta etapa nueva de nuestras vidas será más que hermosa. Su mano izquierda esta sobre mi pene frotándolo de arriba abajo intercalando movimientos rápidos y lentos, la palma de su mano acaricia mi glande...

Inu no: (Excitado y besándole el cuello) Podría... hacerte el amor... toda la noche querida

Rin: (Excitada y con los ojos cerrados) Yo... también mi amor... Aaaaahhhh

Sus dedos comenzaron a entrar en mi interior rápidamente haciendo que mi intimidad hiciera sonidos pervertidos, creo que me he convertido en una en este momento ya que lo estoy más que disfrutando... mi mano se mueve rápidamente recorriendo su largo de su gran pene del cual estoy hambrienta, nuestras pieles arden de deseo del uno por el otro, no solo siento deseo tenerlo dentro de mi... creo que esta es la manera más sublime de demostrar el amor entre dos personas, caímos sobre el colchón de su cama dejándonos de masturbar mutuamente y abrazarnos mientras nos devoramos la boca a besos. Aún recuerdo la última vez que estuve en esa habitación, lloraba porque creía que él nunca seria para mí no obstante estábamos juntos haciendo el amor en su habitación, entregándome a él en cada beso y cada caricia de sus ardientes manos afiladas.

Mi boca desciende por su cuello aspirando su aroma a moras, su piel suave y ardiente entre mis manos, sus manos acarician mi espalda... estos momentos son sublimes entregándonos mutuamente y sintiéndonos dueños el uno del otro. Jamás... ni en mis más locos pensamientos había siquiera visualizado amar con toda mi alma a una niña, muchas veces renegué de mi regreso a Japón sin saber que aquí estaba mi felicidad, que está entre mis brazos y adorándome como yo a ella...

Inu no: (Besando sus pechos húmedamente) Quieres... sentirme más?

Rin: (Sonrojada y disfrutando los besos) Si... si mi amor

Inu no: (Sonriendo seductoramente y besándole un pezón) Muy bien cariño

Lo vi levantarse de la cama para acercarse a un cajón de su closet donde guarda sus corbatas, donde saco dos, cerro su cajón y se acercó de nuevo a mi...

Inu no: (Tiernamente) Manos enfrente

Le obedecí y con mucho cuidado y sin perder el contacto visual me las ato de una manera en la que no me lastimara, después con otra la puso como si fuera una venda en mis ojos haciendo que mi corazón latiera aún más rápido de lo que estaba... quede completamente cegada y acariciada por esa sedosa tela, sentí como levanto mis brazos para dejarlas arriba y amarrarlas a la cabecera de la cama...

Inu no: (Seductoramente) Este día... haz jugado mucho conmigo... ahora... es mi turno preciosa

Rin: (Excitada y mordiendo su labio inferior) I...Inu no...

Inu no: (Maliciosamente y poniéndose sobre de ella) Ahora no... soy Inu no... (Lamiéndole su cuello) Soy... tu amo

Rin: (Agitada) Si... Amo

Se ve tan sensual cuando me entrega toda su voluntad, me encanta que sea libre y decidida sin embargo siendo sumisa también es demasiado atrayente... sexy... sé que es un amor prohibido el que tenemos... no obstante puedo morir por el... por ella y por nuestro futuro ya que el amor que siento por ella es indomable. Aunque hace frio antes de venir a mi habitación fui a la cocina por unos hielos los cuales tengo en la mesa de noche, gracias al frio que hace no se han derretido, en ese momento tome uno para ponérmelo entre los dientes y comenzar a pasarlo por su cuello haciendo que su pálida piel se erice como cuando la beso, cuando lo deslizo por su pecho llego a uno de sus senos que están arrebatadoramente sexys...