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Caminó con seguridad dentro de la sala, su aura era serena y la sonrisa socarrona no desaparecía de su rostro. Tomó asiento y aguardó, olisqueando el aroma a vainilla que inundaba el lugar, pero pronto éste se dispersó a causa de un olor a perfume costoso.
Con que finalmente había llegado...
—Jeon, qué alegría verte aquí. Hace tiempo que... no me dabas el gusto de admirarte.—Coqueteó TaeHyung.
Era cierto. No se habían visto en una buena cantidad de meses, pero finalmente allí estaban, frente a frente de nuevo.
—No sé si puedo decir lo mismo por mí. Y... "admirarme".—Bufó y sonrió, girando levemente su cabeza y luego devolviéndola a la posición anterior. —No me llamaste sólo para admirarme, aquí huele a otra cosa.
TaeHyung relamió sus labios y frotó sus manos entre sí, le dio la espalda y fue hacia otro lugar rápidamente, volviendo con un trío de rosas entre sus manos.
—¿Te gustan las rojas, cierto?—Cuestionó, pero JungKook no respondió a la pregunta. —Vamos, no te hagas el difícil, ambos sabemos que sí.
—Bueno, entonces no hagas preguntas de las que ya conoces la respuesta.
—Tan a la defensiva... Si antes solías ser más sumiso.
JungKook se levantó del pequeño sillón y encaró al otro, no se dejaría consumir por la furia, pero no lo dejaría humillarlo.
—Dime de una puta vez qué es lo que quieres. Sigues teniendo esa manía de hablar con rodeos.
TaeHyung no daba el brazo a torcer, así que lo acercó más, y respiró en su oído.
—Tómalas.—Dijo, y le dió las tres rosas.
JungKook las tomó, pero se pinchó con una.
—Oh, una pena, permíteme...—Agarró el dedo pinchado y lamió la sangre.
—Eres un...—Antes de que pudiese terminar su oración, una pistola le apuntaba en la cabeza.
—¿Un qué, cariño? Vamos, puedes terminar. Que no te intimide mi arma, sólo es para presumir.
JungKook bufó otra vez.—Un idiota, TaeHyung. No me intimidas, pero me pareció que estaba de más decirte que lo eres, si ya debes saberlo bien.
TaeHyung rió, más forzada que genuinamente.
—Wow, sacaste tu tipo graciosito. Ya lo extrañaba, ¿tú crees?
—Vaya que sí. Kim, no te conviene matarme, y lo sabes. Tú sabes perfectamente que te conviene más que yo esté vivo.
TaeHyung bajó el arma y asintió, aún riendo.
—Yo lo sé, JungKook. Si no lo supiera, ya estarías bajo tierra desde hace un tiempo. Pero no dejaría que los gusanos se coman ese cuerpo tuyo tan pronto.
—Qué imbécil... Hay cosas que nunca cambian.
—Exactamente. Las rosas que te estoy dando son una prueba de ello. Justo como antes, regalándote rosas, pero lo que sí cambió, es que estas son rosas de guerra.
—¿Seguro?
—No del todo.
El sonido de disparos rompió la tensión que había allí, no de la mejor manera...
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tenía que descargar mis ganas de hacer un AU! mafioso 😔🤟🏻 me encantan ese tipo de fics, pero no me veo haciendo uno, tienes que planificar demasiaaaado
