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Jungkook iba en su cuarto truco de magia. Como de costumbre, los aplausos y gritos de emoción no hicieron falta en ningún minero. Se sentía bastante bien ser aclamado de esa manera.
Justo al acabar, dió una mirada a todo el público presente y sus ojos pararon súbitamente en una sola persona; un chico de cabellera roja, unos expresivos ojos y vestido con mucha elegancia.
Se quedó congelado por unos cuantos segundos, para después agitar la cabeza y mover su mano de un lado a otro, agradeciendo al público que había presenciado su acto.
La gente comenzó a irse, y él buscaba seguir a la cabellera roja que se movía entre el tumulto. No fue difícil, ¿pero cómo llegaría hasta él? ¿Sería buena idea ir y hablarle?
No lo pensó demasiado y corrió hacia el sitio del otro.
—¡O-oye, tú! ¡Tú, el pelirrojo!—Lo llamó.
El chico se giró hacia la persona que le estaba hablando.
—¿Yo?—Preguntó.
—Sí, ¿cómo te llamas?
—Me llamo Taehyung, señor Jeon.
Jungkook sonrió y no se molestó en ocultar su alegría.
—¿Tú crees en la magia, Taehyung?
Taehyung sonrió de lado, asintiendo con la cabeza. —Sí, yo creo en la magia. —Dijo, y después se fue, dejando a Jungkook parado detrás de él y mirándolo aún.
La magia que había causado ese chico en él, era aún más fuerte que la que él mismo poseía.
