El nuevo rey

4K 445 1.1K
                                    

Lo habían separado de su madre y de su prometido, mejor para él, así no vería sus rostros de dolor, culpa y tristeza. Mas importante aun.

No verían la suya.

Los policías lo llevaron tranquilamente hasta una camioneta blindada, silbó con sorpresa. Era negra, brillante y enorme. Le hacían un favor al llevarlo en tal elegante auto. Por dentro no era diferente, los asientos estaban tapizados del mismo tono del carro y olía a nuevo. Definitivamente lo transportaban como rey.

Al cabo de unas horas podía ver la cuidad desde lejos, las ventanas del auto le permitían observar a donde iría, estaba tranquilo, relajado. Por otro lado, los oficiales estaban tensos y alertas, el pecoso rodó los ojos, era un alfa puro, no un maldito asesino.

Poco a poco, la cárcel de la cuidad comenzaba a notarse, suspiró con pesadez y cansancio.

- ¿Cuánto falta para llegar? –

- Cuarenta minutos – El chófer le contesto frío. Midoriya bufó divertido, había notado el miedo en la voz del conductor. Si quisiera podría amenazarlos con hacerles algo malo pero no quería permanecer más tiempo en la cárcel.

Acomodó su cabeza en la ventana y se durmió, los policías pudieron respirar otra vez.

.

.

.

Unos golpecitos en la cabeza lo sacaron de su mundo. Se estiró como pudo y miró al policía.

- Ya llegamos – Le hizo un ademán con la cabeza para que lo siguiera.

Izuku estaba rodeado por cinco policías, ellos lo llevaron a una habitación donde dejó todas sus pertenencias y se cambió de ropa por una playera naranja, un chaleco y un pantalón de color café.

- Si Katsuki me viera ahora se estaría burlando de mí,parezco un árbol

Siguió caminando detrás de los oficiales unos minutos más hasta llegar a las celdas. La décima quinta celda de la sala numero tres era suya. Sonrió al ver que tenía todo ello para él o al menos esa era la idea, su curvatura se volvió más grande cuando vio quien sería su compañero.

- Tsukiyomi – Él lo miró.

- ¿Mikumo? Vaya sorpresa encontrarte otra vez – chocaron sus puños.

En su plática los oficiales se retiraron, no iban a gastar su tiempo explicándole al peli verde lo que un reo amigo suyo podría explicarle con más comodidad.

Tokoyami Fumikage, mejor conocido como Tsukiyomi, era un ladrón y asesino profesional atrapado con las manos en la masa cuando le puso fin a sus días a un político corrupto, claro que nunca negó lo que hizo, al contrario, estaba orgulloso. En cada uno de sus trabajos dejaba su firma, un tatuaje de un cuervo con sus alas abiertas hecha con la sangre de su víctima.

Él e Izuku se conocieron en la estación de policía, un mes antes del juicio del pecoso Tokoyami fue procesado, para sorpresa de ambos habían dado a parar a la misma cárcel y justo en la misma celda. Ellos se sentían bastante cómodos con la compañía mutua.

El peli negro comenzó a mostrarle cada rincón de la cárcel exceptuando un lugar, la sala cinco, que era gobernada por los más veteranos en la prisión, sin embargo, ahí también habitaba un hombre de cabellos azul celeste que se autodenominaba "El rey de Jail".

- Debes tener cuidado con él Mikumo, es bastante peligroso –

Las advertencias de Tokoyami siempre eran importantes, lo aprendió de forma extraña y rara.

Estocolmo {Dekukatsu} -Finalizada Y Editando-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora