Capítulo 1.

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— ¿Quieres que vaya contigo a ese lugar? —dije sentándome con pereza en la cama.

— Alexandra, tienes que ir. —Se dejó caer a mi lado— Decidí que ahí fuese mi fiesta de cumpleaños número diecinueve.

— Está bien. —bufé quejándome.

— ¿Por qué no te gusta la idea de ir al bar, si nunca has ido?

— No me gustan esos lugares, Sofía.

Se levantó de su lugar y comenzó a maquillarse. Hice una mueca antes de imitar su acción. Ella tenía más experiencia que yo en este tipo de cosas, así que, ella me maquillaría.

Sabe perfectamente que no me gusta ir a bares, antros, ni fiestas donde habite el alcohol o algún tipo de sustancia nociva para la salud.

Tomé un par de tacones color café y beige, me coloqué el vestido y ondeé mi cabello.

— Hoy te consigues novio, Alex— chilló Sofía.

— ¿Qué cosas dices? —fruncí el ceño al escuchar a mi mejor amiga decir aquello.

— Te ves preciosa.

— ¿Acaso eres lesbiana, Sofi?

¿Acaso eres lesbiana, Sofía? —me imitó— Estúpida.

Carcajeé al saber que había logrado hacerla enojar.

Ya eran las ocho de la noche y habíamos quedado con Cameron; novio de Sofía, así como Nathan, Jack y Carter, quienes pasarían por nosotras a casa de Sofía. Dábamos los "últimos" retoques a nuestro rostro y cabello.

Tomé mi teléfono celular, revisando mis notificaciones me encontré con un mensaje que había dejado mi madre.

"Estaré en el casino, nos vemos por la noche. Diviértete en casa de Sofía. Mamá"

No fue necesario que respondiera. Sabía perfectamente que no valdría la pena, ¿para qué pedirle permiso de ir a algún lugar, si de todos modos me diría que ? Odiaba que mis padres fuesen así. Por una parte, mi padre trabajaba muy duro manteniendo al margen su empresa, dedicándole mucho tiempo, más que a su familia. Entendía que debía hacerlo, si no fuese por todo su esfuerzo, no tendría lo que quisiera, hablando materialmente. Por otra parte, mi madre se la pasaba día tras día dentro del casino, apostando una parte del dinero que mi padre nos depositaba semanalmente.

Sí, veo a mi padre, pero obviamente me gustaría verlo a diario, como solía hacerlo cuando estaba pequeña. No somos millonarios, pero tampoco una familia de bajos recursos.

Claro estaba que resentía mucho el alejamiento de ambos, pero ¿qué más podía hacer? –Nada, ¿verdad? - cuestionó mi subconsciente. La única salida de diversión que tenía era Sofía y otros amigos que, realmente me sacaban una sonrisa, o más que eso, una risotada.

— Cameron me ha llamado, están abajo esperándonos.

Ambas tomamos nuestros bolsos, junto a nuestros celulares. Salimos de aquella recamara, la cual era mía también, por así decirlo. Sofía abrió la puerta principal, corriendo hacia los brazos de su castaño novio.

— ¡Mi amor, te extrañe! —chilló, mientras yo caminaba en dirección a los demás, saludándoles y repartiendo un par de abrazos.

— Yo igual, bebé. —besó sus labios.

— Oh, vamos, no comiencen con cursilerías antes de llegar al bar. —gritó Carter, quien achicó los ojos.

— Hermano, no es necesario que quieras entrecerrar los ojos, así los tienes. —le sonrió el castaño de ojos azules, quien tiene por nombre Nathan Grier.

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