¿Ser amigas? ¿Cómo es que ellas dos encajan de manera correcta? Eran dos cosas opuestas a simple vista pero lo opuesto está bien ¿No? Un millón de cuestionamientos cruzaron los pensamientos de la morena quien se mantuvo en silencio tan solo observando a la ojiverde. Esta última, se encontraba ansiosa por una respuesta pero se contuvo pues no quería presionarla.
-Creo que....
-Siento si estoy resultando ser extremadamente insistente. Lo último que busco es hacerte sentir incómoda.- Habló Lauren con rapidez postergando una posible respuesta negativa por parte de la periodista- Solo......permiteme hacerte otra invitación.
-De acuerdo.- La castaña cedió provocando una pequeña sonrisa en el rostro de Lauren.
-Bien, ¿Que tal en dos días? Así me da tiempo de pensar.- Se encogió de hombros- Detesto improvisar en una cita.- Camila alzó ambas cejas al escucharla- Es decir, no es una cita, es una.....no es lo que quise decir, yo.....
-Tranquila deportista.- La morena rió frente a lo nerviosa que lucía la jugadora de hockey- En dos días esta perfecto. Ahora, si me disculpas, debo regresar.- Señaló con el pulgar a sus espaldas.
-Sí, gracias, y.....no es una cita.- Aclaró otra vez.
-Bien. Nos vemos, Lauren.- Con esto, la periodista giró sobre sus talones bajo la atenta mirada de la ojiverde- Por cierto.- Se detuvo y volteó para verla una última vez- ¿Cómo supiste del restaurante?
-Liam.- Fue lo único que dijo la pelinegra. Observó como una ligera sonrisa asomaba en la comisura de los labios de la castaña antes de verla marcharse.
Lauren sonrió ampliamente queriendo celebrar el haber sido aceptada y regreso a la mesa que compartía con Tanner más entusiasta que nunca. El jefe de seguridad se le quedó viendo con atención mientras limpiaba sus dedos manchados de comida con una servilleta. La jugadora se dejó caer en el asiento frente a él y se le quedó viendo sintiéndose absolutamente victoriosa.
-¿Y...?
-Saldremos otra vez.- Canturreó de inmediato.
-Con que tienen una cita.- La ojiverde hizo una mueca- ¿No es una?
-Digamos que no le dimos ese título precisamente.- Murmuró encogiéndose de hombros.
-Ósea que no conseguiste nada.- Concluyó Tanner y Lauren lo observo con indignación.
-¡Claro que lo hice, ¿Es que no escuchaste?!.- Preguntó un tanto ofendida- Ella acepto salir conmigo otra vez.
-Sí, pero no es una cita.- Molestó de nuevo el hombre robusto sacándole un bufido a la pelinegra quien decidió no prestarle importancia al tema de que no era un cita- Tienes serios problemas para hablar con ella, más de los que imaginaba, te ayudaré con la comunicación.
-Más bien ayúdame a pensar en algo para hacer con ella.
-¿Buscas impresionarla?.- Ella asintió esperando ideas- Pues sólo sé tu misma y ya está.- Lauren lo vio sin comprender.
-¿Así de fácil?.- Frunció el ceño.
-Escucha, ella es una chica sencilla. Se nota a leguas que no le gusta lo extravagante.- Explicó Tanner- Tu eres la jugadora de hockey más humilde que haya visto jamás. Te importa un carajo la fama y ese es tu punto a favor.
-Sencillez. De acuerdo.- Asintió la pelinegra- Bien, conseguí lo que quería. Hora de irnos.
-¿No me dejarás terminar estos tacos? Están realmente buenos.- Se quejó el hombre señalando si plato a medio acabar.