Falling like the stars (Camren G!P) [EDITANDO]

Epílogo

Cajas. Eso era lo que sus ojos veían a donde sea que miraran; cajas y más cajas distribuidas por cada metro cuadrado de la nueva casa. Camila suspiró y dejó la caja que tenía entre manos junto a sus pies antes de detenerse a mirar a su alrededor con detalle, con las manos reposando sobre su cintura y una sonrisa extendiéndose en sus labios. Todo lo que llevaba haciendo en los últimos meses era reír y sonreír, hasta creía que sus mejillas se quedarían rígidas y entumecidas si no se controlaba. Luego de que las Chicago Blackhawks consiguieran la Stanley Cup la carrera de Lauren en el hockey había dado un fuerte giro, tanto así, que Ally y el resto de su equipo no dejaban de recibir ofertas de los mejores equipos de hockey quienes estaban dispuestos a pelearse a la jugadora para conseguir que se les uniera lo más pronto posible. Sumado a eso, el anuncio de su compromiso hizo todo el estallido aún más intenso.

De pronto, todo Chicago tenía los ojos clavados en ambas queriendo estar al tanto de cada movimiento. Resultó ser un poco abrumador para la morena, pero consiguió lidiar con ello. Después de todo, debía acostumbrarse. La boda se realizó seis meses después de la propuesta y a través de un par de artículos al respecto todo el mundo recibió la noticia en la que quedaba claro que la jugadora de hockey sobre hielo más aclamada del momento estaba fuera de las listas de soltería a sus veintiún años. Las cosas progresaban suceso tras suceso.

-¡Cariño!.- La voz de la ojiverde resonó en toda la casa que comenzaban a habitar.

-¡En la sala!.- Exclamó la castaña girándose hacia el umbral que dividía la habitación de la amplia cocina americana y el comedor.

-Ahí estás.- Lauren no tardó en aparecer con Cat prendida a su espalda cual koala y las mejillas sonrojadas, señal clara de que ambas habían tenido una pequeña batalla en el jardín- Creí pedirte que descansaras un poco.

-Aún hay mucho que hacer por aquí ¿No crees?.- Camila señaló a su alrededor con diversión.

-Sí, pero yo puedo encargarme de eso.- La jugadora discutió poniendo a Cat de regreso en el suelo- ¿Ya viste tu habitación, gatito?

-¡Es enorme!.- La niña dio un giró alzando los brazos en un intento de expresar lo espacioso que era su nuevo cuarto.

-Toda la casa es enorme.- Murmuró la castaña.

-¿No te gusta?.- Preguntó entrando en pánico.

-¡Claro que sí!.- Camila afirmó de inmediato riendo un tanto al ver la expresión en el rostro de su ahora esposa- Es decir, mira a tu alrededor. Esto es de ensueño, podría jurar que el equipo completo podría vivir con nosotras y aún así quedaría espacio.

-No las invoques. Estoy segura de que las veré más aquí que en lo entrenamientos.- Lauren hizo una mueca que hizo a Cat reír.

-Voy a extrañar al abuelo.- La pequeña castaña dijo con algo de nostalgia.

-Oh no te preocupes, cielo. El abuelo nos visitará a menudo.- La morena acarició los cabellos de su hija quien asintió recargando su cabeza en el vientre ligeramente abultado de su madre.

Sí, estaba embarazada. Al parecer los diez días de luna de miel en Bora Bora habían acelerado un poco las cosas para la nueva familia. Cuando Lauren supo que iba a ser madre estaba que trepaba las paredes y Camila se asustó por lo rápido que estaba sucediendo todo, pero luego del impacto de la noticia ambas regresaron a la realidad y disfrutaron del momento. Después de todo, las cosas jamás habían ido lento entre ambas. Y al parecer jamás lo harían, pues después de eso se internaron en una maravillosa vida llena de cambios cargados de sorpresas.

Lauren estuvo tres años más con las Chicago Blackhawks antes de aceptar un contrato que la llevaría de regreso a su país natal, específicamente a Toronto. Había sido una dura decisión, pues tendrían que mudarse a otro país lejos de lo que Camila y Cat conocían como un hogar, lejos de su familia. Les tomó largas conversaciones llenas de análisis y un par de discusiones llegar a tomar la decisión, pero lo hicieron. Se mudaron a Canadá antes del comienzo de la temporada para que la deportista pudiese familiarizarse con el equipo, les fuera fácil encontrar una nueva escuela para Catherine y una nueva casa en la nueva ciudad.