Había una gran multitud reunida. Todos llevaban gorras y camisetas con los logos de su equipo estampados y bordados. Un gran murmullo de voces se extendía y por los altoparlantes se podía oír aquella característica voz que suele anunciar cuanto queda para el inicio del juego. La pista de hielo relucía bajo la iluminación. Muchos luchaban por mantener el calor de sus cuerpos, Camila era uno de ellos.
-¿Cómo dices que conseguiste esto?.- Preguntó Dinah junto a ella mirando al resto de los periodistas y camarógrafos presentes aguardando la entrada de los equipos al hielo.
-Liam.- Respondió la morena poniendo atención al anuncio de los equipos.
-El guapo de Payne ¿Eh?.- Camila la vio incrédula y ésta se encogió de hombros- No me mires así, amo a tu hermano, pero no estoy ciega querida.
-No es apropiado.- Dinah la miró con una ceja alzada y ella suspiró- Esta bien, tienes razón, si es atractivo.
-¡Ahí lo tienes!
-Pero solo es un amigo, ¿De acuerdo?.- Dejó en claro la castaña regresando otra vez su atención a la pista de hielo en donde las jugadoras hacían su entrada.
-Tal y como Shawn lo es ¿No?.- Murmuró la rubia desviando la mirada al ser fulminada por la más baja- Sabes lo colado que está por ti.
-Sí, pero aún así es solo mi amigo. Él lo tiene claro.
-Pues al parecer no del todo.
El juego comenzó luego de que ambos equipos se saludaran y todo el mundo se acomodó para disfrutar del espectáculo. Había gritos de aliento, muecas de disgusto por malas jugadas, fotógrafos y un marcador que variaba a medida en que el juego avanzaba. Los periodistas tomaban nota y algunos hasta relataban en sus grabadoras de bolsillo lo que sucedía, todos bien atentos a cada una de las acciones de las jugadoras pues más tarde las bombardearían con preguntas al respecto. Pero Camila noto como el espectáculo giraba en torno a una de ellas. Una chica que en su camiseta de las Chicago Blackhawks tenía el número 7 estampado y que se movía con agilidad por la pista de hielo habiendo anotado ya varios tantos.
-¿Quién es ella?.- Preguntó la morena señalando a la jugadora que se preparaba para un tiro libre.
-No me estás preguntando eso.- Dinah la observo con incredulidad y ella simplemente se encogió de hombros- Ella es Lauren Jauregui, la deportista más sexy y codiciada del momento. Es una estrella del hockey, acaba de trasladarse a las Chicago Blackhawks desde Canadá.
-¿Con que la sensación del momento?
Sus ojos no se despegaron de la jugadora quien consiguió anotar nuevamente a favor de su equipo justo a tiempo faltando unos minutos para el final del juego. Durante una de las últimas jugadas del encuentro, Camila se distrajo por solo dos segundos, y en un parpadeo alguien voló por sobre la barandilla cayendo justo a sus pies espantando a unos cuantos por lo repentino de la acción. La castaña retrocedió y logró ponerse en pie luego de haber sido derribada con la ayuda de Dinah. La jugadora que fue empujada fuera de la pista de hielo se puso de pie y se quitó la careta que traía y dejó al descubierto su rostro y cabellera atada en una floja coleta.
-¿Te hiciste daño, Lauren?.- Preguntaron unos cuantos.
-Estoy bien.- Dijo la ojiverde al médico que había acudido a su caída- Lo siento, ¿Estás bien?.- Sus palabras se dirigieron a la periodista quien aún estaba un tanto aturdida.
-Sí, yo.......sí, eso creo.- Murmuró por lo bajo la morena.
-¿Necesitas un médico, Mila?.- La voz de su amiga se oyó tan lejana mientras su mirada seguía clavada en la de la jugadora que la veía preocupada.