52.

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Se volteó nuevamente, buscando la posición perfecta para poder conciliar el sueño, aunque hace más de dos horas que estaba tratando de dormirse.

Las cosas... no estaban bien.

Jisung estos días estaba totalmente alterado, como si fuera una bomba, la cuál pronto explotaría. Ya hace unos días de la pelea con su madre, con la cuál ya ni siquiera se saludaba cuando se cruzaba por la calle. Aunque el mayor lo negara, ChenLe sabía perfectamente que su novio no estaba bien, lo escuchaba llorar por las noches, también escuchaba como se levantaba de la cama, tomaba las llaves y se iba, para volver una hora después con olor a cigarrillo y un poco a alcohol.

No era solamente por su madre, si no también que le habían rechazado algunas coreografías que había presentado, diciéndole que "no eran realmente buenas, y que ninguna agencia le iba a aceptar". Además, le habían despedido del trabajo, si, había conseguido un trabajo en una tienda de ropa.

La madre de ChenLe estaba igualmente de preocupada como su hijo, quería a Jisung como su propio hijo, y le dolía ver como se encontraba. Una mañana, se sentó con él, solos, y le dijo varias cosas, como que: "siempre vas a ser recibido en ésta casa" y "ya veras como las cosas van a mejorar, hijo".

A pesar de todo, Jisung tenía un pillar, y ese pillar era ChenLe. ¿Peleaban? Si, no muchas veces, pero lo hacían, aunque siempre terminaban a los besos y acurrucados en el sofá, o en la cama haciendo el amor.

—¿No puedes dormir?—una voz somnolienta le hizo volver a la realidad. Se volteó quedando así cara a cara.

—No—dijo bajito.

Jisung se le acercó, le envolvió con sus brazos, haciendo que sus cabeza quedara escondida en su pecho. Tan cálido...

—¿Estás bien?—preguntó de repente ChenLe, mientras el mayor le repartía besos por todo el rostro.

—Si, ¿tú?

ChenLe se separó, extrañando a su pareja, y se sentó en la cama, cruzando las piernas en posición de indio y mirándole fijamente.

—Quiero que dejes tus salidas nocturnas—habló firme, demostrando seriedad en sus palabras.

Jisung se sentó igualmente, imitando su posición y quedando así nuevamente frente a frente, envueltos en la oscuridad de la noche, aunque iluminados por la luz de la luna que entraba por la ventana.

El castaño bajó la mirada avergonzado, no quería que su pequeño novio le viera así. Había dejado hace un tiempo el cigarrillo, pero una noche decidió mandar a la mierda todo y volver a retomar sus viejos hábitos. Sin embargo, sabía perfectamente que no estaba bien, además de que tenía un pequeño miedo: beber más de la cuenta y cagarla como acostarse con alguien o quizá decirle cosas a ChenLe.

—Está bien...—dijo, tomando de la mano al peli-verde, acariciándola con su pulgar. Era tan suave y delicada que a Jisung, por alguna razón, le dieron ganas de morderlas. Así lo hizo, acercó sus dedos a su boca y mordió suavemente el índice, para luego meterlos en su cavidad y lamerlos. Sonrió al ver como su pareja se sonrojaba con fuerza, pero se notaba claramente que lo disfrutaba

—Y-yo... Ji-Jisung...—tartamudeó. ¿Se estaba excitando? Si, pero aún no terminaba de hablar, por lo que alejó su mano, recibiendo un gruñido por parte del castaño—. Aún n-no terminé—aclaró.

El mayor se acercó al peli-verde, tomó sus muslos y los masajeó, haciendo suspirar de placer a su pareja. Lo sentó en su regazo, y sin poder resistirse más, devoró su cuello, mientras sus inquietas manos se dirigían a su trasero, masajeandolo y amasandolo a su antojo.

—J-Jisun- Ah~—gimió, Jisung había introducido sus manos dentro de su ropa interior—. Q-quiero qu- ugh—le calló con sus labios, devorándolos con desesperación, convirtiéndo rápidamente el beso en uno lleno de placer y salvajismo. Sin poder evitarlo, ChenLe le dio permiso a la húmeda lengua de su pareja, comenzando así una verdadera lucha entre los músculos, mientras el castaño dirigía su diestra al necesitado miembro de ChenLe, causando pequeños gemidos y jadeos en medio del beso. Sin embargo, el peli-verde se separó, lo suficiente para romper el contacto entre sus labios, dejando que un pequeño rastro de saliva caiga por su costado—. Q-quiero q-que...—soltó un gemido, Jisung había comenzado a masturbarlo con rapidez—. Q-que... Ha-habl ¡Ah!~ hablemos c-con tu madre—terminó de decir.

Jisung frunció el ceño y detuvo sus acciones, recibiendo un quejido por parte del excitado peli-verde. Sin embargo, volvió a besarle con fuerza y continuó masturbándole, subiendo y bajando su mano por toda la extensión de su pareja, mientras con su otra mano dirigía sus dedos a su rosada entrada y comenzaba a introducirlos, haciendo que ChenLe soltara un fuerte gemido al recibir tantos estímulos a la vez.

—Shh... tu madre nos podría escuchar—jadeó—. Y por lo otro... si es lo que quieres, esta bien. Todo por mi hermoso novio—sonrió, enseñando su perfecta dentadura.

ChenLe solo esperaba que las cosas se solucionaran.




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848 palabras :0, el capítulo más largo de Sunggie
hasta ahora. Me avisan si encuentran
algún error. uwu

¡ Sunggie !《JiChen, NCT》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora