Capítulo 65: Atrapados

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Tiffany junto a Alex, iban avanzando más entre las habitaciones en el piso en el que se habían adentrado.

No estaban encontrando absolutamente nada misterioso, solo intentaban mantener la calma. Intentaron comunicarse con alguien, pero era inútil. No estaban escuchando nada, ni podían dar aviso de algo.

Se detuvieron en una habitación, entraron a ella y notaron que había sillas acomodadas, como si hubieran tenido una reunión no hace mucho.

—Qué raro, ¿no? —dijo Tiffany al ver tazas sobre un escritorio.

—Lo sé. No te separes tanto de mí.

Ambos comenzaron a acercarse al escritorio y notaron que todavía tenían contenido. De cada una salía el vapor, aún estaba caliente el líquido.

Alex intentó comunicarse nuevamente, pero fue inútil. Segundos después las luces se apagaron y se abrazaron fuertemente. Como por arte de magia empezaron a escuchar algo a través del intercomunicador.

—Algo está sucediendo aquí, ¿me escuchan? Todos están cayendo al suelo, vuelvan.

Se encendieron luces de emergencia, pero no cubrían gran parte del campo en el que estaban. Los dos voltearon a verse, y con la mirada parecía que habían dicho que tenían que volver.

Salieron de la habitación, avanzaron rápidamente sobre el pasillo. Sin embargo, cuando llegaron a la puerta por donde había entrado a esa zona, ya no se podía abrir. Alex forcejeó con ella, pero fue inútil.

—¿Qué hacemos?

—Busquemos otra salida, debe haber otra forma de salir de aquí.

—¿Y las tazas? ¿Dónde están esas personas?

—No sé Tiff, pero tranquila.

—¿Qué crees que esté pasando allá arriba? —preguntó Tiffany después de razonar lo que había escuchado. Alex no dijo nada, prefirió quedarse callado y avanzando.

Dieron vuelta en el siguiente pasillo, pero solo se encontraron con un muro.

Regresaron por dónde venían, sabían que tenían que encontrar otra habitación para poder interconectarse con otro pasillo. Así es cómo habían llegado al lugar donde se encontraban.

Mientras ellos buscaban una salida, Lizeth y Amber se preguntaban lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Antes de que las luces se apagaran, empezaron a notar algo raro en las personas que estaban con ellas. En un inicio vieron que alguien se desmayó de la nada, pero no le dieron importancia. Pensaron que por lo cerrado que era el lugar, se había sofocado.

Pero poco después, más personas comenzaron a caerse al suelo. Entonces fue ahí cuando se dieron cuenta de que algo malo sucedía. Se levantaron para acercarse a los recién desmayados. Nadie sabía el motivo por el cual estaba pasando, y de repente la luz se fue.

Lizeth corrió lejos de la multitud para poder dar aviso de ello, pero no lograba escuchar nada de regreso. Muchos encendieron las luces de sus teléfonos, pero así como una luz aparecía, posteriormente esa persona caía al suelo.

—¿Qué está pasando Amber?

—No sé Lizeth, no sé —contestó nerviosa ante lo sucedido—. Y no escucho a nadie, solo tu mensaje alcancé a oír.

—¡Diablos!

—No podemos irnos de aquí, habrá que esperarlos.

Ambas intentaron tranquilizarse, pero cada vez caían más personas al suelo. Trataron de comunicarse a través de los teléfonos, pero la recepción estaba pésima. Todo se estaba volteando en su contra.

Finalmente quedaron solas entre la oscuridad, absolutamente todos estaban tirados. Y no sabían qué hacer ahora.


Alex encontró una habitación con otra puerta, fueron hacia ella y al abrirla vieron que conectaba a otro pasillo. Tiffany contenta comenzó a avanzar, pero se detuvo en cuanto tropezó con algo.

Alex alumbró con su celular, lo que había tirado a Tiffany era un cuerpo. Intentó no soltar un grito por si Malcolm se encontraba cerca, solo se levantó y corrió a brazos de Alex.

Notaron que no era el único cuerpo en el suelo, había otros más. Entre sus pensamientos, Tiffany respondió a su pregunta de dónde estaban los dueños de las tazas.

Trataron de moverse rápido, pero lo más sigilosamente que podían. Avanzaron sobre el pasillo y se encontraron con una reja.

—Lo único que nos faltaba. Alex ya no quiero estar aquí.

—Tranquila, busquemos otra salida.

Dieron media vuelta, pero no avanzaron. Una silueta estaba de pie junto a los cuerpos, y en cuanto los vio fue tras ellos. Alex apagó la lámpara y tomó a Tiffany de la mano mientras corrían en la dirección contraria a las rejas. Al fondo del pasillo dieron con unas escaleras, comenzaron a subirlas rápidamente. En cuanto llegaron al piso de arriba se dieron cuenta de que esas escaleras los llevaban a otro lado.

No estaban acercándose a su salón. Únicamente estaban en su piso, pero no en el pasillo que llevaba directo a la entrada. Escucharon pisadas cerca, así que salieron disparados sobre el pasillo.

Entraron a otra habitación y vieron que no había salida. Lo único que se encontraba cerca era un ducto. Iban a dar media vuelta para regresar, pero la persona que los venía siguiendo ya estaba fuera.

Alex buscó algo alrededor, pero no había absolutamente nada. Mantuvo a Tiffany detrás de él mientras el encapuchado entraba. El quarterback le gritó que no fuera un cobarde y mostrara su rostro.

Haciéndole caso se quitó la capucha dejando su identidad al descubierto. Malcolm Stewart se encontraba cara a cara con ellos. En mano traía un cuchillo y se abalanzó sobre Alex sin pensarlo. Tiffany soltó un grito y fue tambaleándose hacia atrás.

—¡Déjalo!

Alex intentaba taclearlo, pero era inútil. Ágilmente Malcolm se movió enterrando el cuchillo en su estómago. Alex que comenzaba a sentir arder su estómago, le gritó a Tiffany que escapara.

—¡Sal de aquí! —señaló el ducto. Tiffany con lágrimas en los ojos corrió hacia él y se subió rápidamente. Volteó a ver a la persona que más amaba en el mundo, pero Malcolm comenzó a acuchillarlo constantemente hasta que lo tiró al suelo. La vio directamente a los ojos, antes de que pudiera dar un paso Tiffany ya se había aventado sobre el ducto.

Sollozaba mientras iba cayendo, pero fue detenida. Una barrera no la dejaba continuar en picada, comenzó a gritar por ayuda.

Malcolm tomó el cuerpo aún con vida de Alex, y lo lanzó por donde Tiffany había escapado. Tiffany volteó hacia arriba y vio como caía algo sobre ella. Por un momento pensó que era Malcolm, pero en cuanto el cuerpo llego hasta ella vio que era Alex.

Su llanto no paraba, intentaba presionar lo más que podía las heridas de Alex. Eran demasiadas, la sangre estaba saliendo por todos lados.

—Tranquila... todo estará bien —dijo Alex con la poca fuerza que le quedaba.

—No te esfuerces, por favor.

Lo vio fijamente hasta que Alex dejó de respirar. Comenzó a llorar aún más fuerte, no sabía que hacer ahora. Estaba atrapada, sin salida alguna.

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¿Qué creen que suceda con Tiffany? ¿Logrará sobrevivir?

Graduación Sangrienta (Libro II) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora