Para muchos es un evento muy esperado, para otros es simplemente el cierre de un ciclo y para ellos, es una fecha que quedó marcada para siempre.
Los sobrevivientes del Club de los Ocho llegan a su última semana de Preparatoria. Después de haber pas...
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Narrado por Caroline
—Ya llegué mamá —dije al entrar a casa.
—Qué bueno hija, ¿cómo te fue?
—Fue divertido, muy divertido de hecho.
—Me alegra saberlo. Ahora, ¿quieres comer algo?
—No tengo hambre y voy a salir otra vez. Iré con Violet, siento que necesita hablar sobre lo de ayer.
—Adelante, puedes traerla si gustas.
Salí de casa y decidí ir caminando. No estaba tan lejos su casa, además de que necesitaba despejarme un momento.
Tal y como había dicho, era raro terminar esta etapa de mi vida sin los demás. Todo rastro de ellos se había ido esfumando a lo largo del año; sus padres se mudaron a excepción de los de Bryan, pero en el momento en el que se fueron los demás fue como si nunca hubieran existido. Y no quería que los olvidaran tan fácil.
Llegué a casa de Violet y al tocar ella me recibió con un fuerte abrazo. Crucé el umbral y saludé a sus padres, ambos me dieron un abrazo diciendo que era un milagro que estuviera de visita. Después de la navidad del año pasado no había pisado su casa.
Vaya que sí había pasado tiempo.
—¿Todo bien Caroline? —preguntó Violet cuando llegamos hasta su cuarto.
—Yo debería ser quien te pregunte eso.
—Ah.
—Sé que lo de ayer te afectó —le dije mientras tomaba asiento y observaba su habitación. La había decorado de otra manera y los muebles los había movido de lugar—. Veo que remodelaste tu habitación.
—Sí, hice unos pequeños cambios.
—No evadas lo otro Violet.
—Las pesadillas volvieron...
—No eres la única —confesé. Su expresión de sorpresa también me dejó confundida, como si nunca esperara que pudiera decaer.
—¿Cómo te sientes con ello?
—Pensé que nunca volvería a soñar con algo así. Después de todas las sesiones que tomamos y el resultado final de que ya nos encontrábamos estables, no imaginé que decaería.
—Lo mismo pensaba yo, hasta que comencé a sentirme mal nuevamente.
—¿Qué te parece si vamos a otra sesión? Juntas, por supuesto —propuse esperando que Violet accediera, era algo que ambas necesitábamos.
