Desde que entré al Kínder a las ocho de la mañana supe que algo andaba mal. Nuestra maestra, la Sra. López no nos dejó ir afuera a jugar. Mis padres me fueron a buscar temprano, como a eso de las once de la mañana. Dijeron que habían personas malas que buscaban hacernos daño y nos teníamos que ir de la ciudad. No nos detuvimos como por seis horas. Al rato nos detuvimos porque había que hecharle gas al auto. De repente un hombre sale corriendo y lastima a papá, quien le pega un puño en la cara, con la mano sangrante se sube al auto y conduce a toda velocidad.
-¿Que pasa?- Le pregunté a mamá.
-Ese hombre está enfermo, Johnny. - Contestó. -No nos podemos enfermar nosotros.-
Papá se detuvo con dolor en su manoy comenzó a vomitar. De repente abrió la puerta y comenzó a lastimarme hasta arañar mi rodilla. Mamá comenzó a conducir a toda prisa dejándolo muy atrás. Tomó algo de su maquillaje y me maquilló el rostro. Me dijo:
-Johnny. Debes lucir feliz, ¿Vale?-
Puse mi mejor sonrisa y pasamos por unos guardias, quienes verificaban que nadie estuviera enfermo. Luego de eso mamá siguió conduciendo. Oh, Dios. No me siento bien, esa herida en la rodilla está empeorando y siento ganas de vomitar.
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Creepypastas
HorrorColección de creepys que voy encontrando en la web. Que tengas dulces y torcidos sueños