La carretera sin fin

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En Corona, California, había una carretera que le decían "La carretera sin fin". Estaba mal llamada, desde luego. El nombre correcto era la carretera Lester, lamentablemente, al pasar de los años -veinte años para ser precisos- Nadie le dice la carretera Lester, ahora, todos los ciudadanos de Corona la conocen como la carretera sin fin. Dicen que todo aquel que conduzca en la noche desaparecerá y nunca nadie sabrá de él o ella nuevamente.

La leyenda se hizo tan conocida que los ciudadanos se negaban a conducirla inclusive en el día. Cierta noche, como cualquier jovencita curiosa de mi edad, decidí transitar la carretera Lester en plena noche. Un frío recorrió mi columna, sentí un miedo atroz y a mitad de camino me devolví pensando que tal vez nunca volvería a ver la luz del sol nuevamente. Y vaya que no estaba equivocada.

La leyenda seguía creciendo y se regó por toda California. Los investigadores y la policía llegaron ya que personas que vivían en la cercanía reportaban oír explosiones y gritos desde dentro de la carretera. Los investigadores llegaron en plena luz del día. Descubrieron que la carretera Lester se volvía angosta debido a  que pasaba sobre un cañón y daba un brusca y angosta vuelta a la derecha. Durante la noche no podías ver lo angosta que era y no veías el cañón. Los investigadores bajaron al cañón descubriendo que las explosiones que se reportaban escuchar eran los autos al caer al vacío. Y los gritos....las víctimas cayendo y muriendo carbonizadas atadas a sus asientos.

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