Capítulo 6: Ella me interesa.

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Capítulo 6:

 Llegamos a casa después de ese cansado día en el Estudio de Baile, mire la hora en mi reloj de muñeca y…valla que hora (5:40). Después de mucho esfuerzo al parecer el Coreógrafo se apiado de ellos y dieron por terminado los ensayos. Al final no fue tan malo, admito que no son los mejores bailarines pero aprenden rápido.

Me deje caer en el gran sofá de la cómoda sala. Estar en casa era más que un alivio. No estaba acostumbrada a salir mucho así que me canso enseguida. Alonso se dejó caer en un mueble reclinable y suspiro. Valla suspiro, era como decir “por fin esta mierda acabo” y lo entendía.

-estaré en mi cuarto.-escuche decir a uno de los muchachos. Escuche pasos en la escalera y después un silencio incomodo en el aire. Nadie decía nada y por lo visto nadie lo aria.

-bueno me daré una ducha.-avise y me levante del sofá para después subir las escaleras y dirigirme a mi habitación.

Deje mi bolso sobre mi cama y me aliste para tomar una relajadora ducha tibia. Eso era la que necesitaba en estos momentos, una y muy larga. Tenía que  preparar la cena de todos modos por lo cual tenía que ser rápida. Papá no tardaría en llegar y tenía que ser rápida. Otra  vez.

Después de vestirme y todo eso. Baje a la cocina lista para preparar…cualquier cosa que se me viniera a la cabeza y por supuesto para eso tenía que revizar  que había en mi amada amiga la refrigeradora.

Bueno no tenia de que quejarme, había prácticamente de todo. La pregunta era ¿Qué rayos hago? ¿Alguna vez se han preguntado eso antes de hacer la cena?, pues yo sí.

-unas enchiladas no estarían mal.-escuche decir alguien detrás de mí. Me di vuelta para descubrir al causante de mi pequeño susto al que sobreviviré por cierto. Y ahí estaba el gran galán de telenovela con su simpática sonrisa.-…bueno si es que sabes prepararlas…claro está.

Entreabrí mis labios por semejante sorpresa y ofensivas palabras. Seguramente si mi maestra de cocina lo escuchara, ahora le estaría dando un ataque y no exagero.

-ciertamente tus palabras son ofensivas.-saque algunos ingredientes de la nevera y me acerque al fregadero.-  ahora si… ¿Qué proponías?-enarque una ceja.

El sonrió y hablo.- ¿sabes preparar enchiladas?-pregunto con aire divertido.

-y no solo eso querido.-dije divertida mientras lo apuntaba con el cuchillo.

-pues eso no parecía ayer…eso fue…tan.-parecía pelear contra las palabras y eso era  desesperante. Empezó a ver a sus lados como si buscara algo y yo deje de apuntarlo con el cuchillo para ponerlo a un lado.-..mm, simple…sí creo que eso es la palabra.-sonrió satisfecho. Sí, eso era ofensivo. Tenía que levantar mi “amada reputación”.

-bueno cuando tienes poco tiempo…preparas cosas simples.-trate de defenderme. Al menos lo intento y eso cuenta ¿no?

-sí, lo he notado…y dime ¿Qué prepararas?- me pregunto mientras tomaba asiento en taburete de la cocina.

-¿enchiladas?-eso más bien sonó como una pregunta. Es que ni yo lo sabía. Sería mejor preparar eso y sacar mis dones a flote.

-sí, supongo  que eso estaría bien Chef.-dijo este burlonamente.

-gracias joven Leyva.-dijo con superioridad que le cause una sonrisa. Le devolví la sonrisa y seguí con la mío.

-dime, ¿te gusta Alonso?-la pregunta me dio por sorpresa que me cause una cortadura.

-¡ahh!-rápido acerque mi dedo herido en la regadera para lavar la herida. Sin notarlo ahora tenía a Freddy a mi lado ayudándome.

-¿estás bien?-me pregunto este mientras examinaba mi cortadura que por suerte no era tan grave, una pequeña en realidad.

ELEGIR NO ES UNA OPCION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora