OO. PRÓLOGO

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   Se encontraba en la iglesia, sentando en uno de los bancos, sus dedos pasando por su cabello negro, haciéndolo para atrás mientras las lágrimas salían sin cesar de sus ojos. Había cometido el peor error de su vida.

   Se había enamorado. Había permitido que el amor le cegara y había ido en contra del todopoderoso. Jamás se le perdonaría por sus acciones, había pecado, pero... por alguna razón, pecar se sentía tan bien.

SATANICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora