Capitulo 0: La calma antes de la tempestad

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"A pesar de la devastación causada por lo que fue confirmado como un ataque extraterrestre las extraordinarias hazañas del grupo conocido como los vengadores son para muchos no solo un motivo de gozo..."

Escuchaba con atención las noticias, honestamente no le sorprendía la susodicha invasión. Pero lo que le molestaba era escuchar a los políticos adjudicarles la culpa a quienes estaban dispuestos a sacrificar su vida por el bien de las personas.

Imbéciles.

Ellos como simples humanos no eran quienes para juzgar, no cuando su propia especie de una u otra manera tendía a poner en peligro a todo ser viviente. Sin embargo eso no era lo importante, en realidad no estaba contento con saber que el famoso Iron Man estuvo a punto de sacrificar su vida.

Apago el televisor mientras pensaba que debería hacer, después de todo Tony no se dignaría a responder ninguna llamada suya, no es que fuera para menos. Cuando sucedió lo de Afganistán fue un momento terrible, no solo para él, sino para los otros.

De pronto su celular empezó a sonar, el tono era particularmente conocido. Debido a que solo había tres personas con un tono de llamada especifico.

–Lo sé, lo sé. Pero sabes que si lo llamamos tratara por todos los medios de evadirnos.

Fue lo primero que respondió, antes de que su interlocutor hablara, imaginaba que estaría en crisis y no lo culpaba. De pronto el sonido del ascensor capto su atención, dejando ver la llegada de un hombre de cabello oscuro y un sobrio traje negro, el cual aún estaba manchado con sangre.

El recién llegado le miró fijamente antes de tomar asiento en su sillón y suspirar, se notaba agotado y no lo culparía, su apariencia indicaba que tenía poco de haber terminado un trabajo.

–Esto es lo que haremos. –Retomo la conversación con su interlocutor–. Tomare el primer vuelo a Nueva York, cuando estemos los tres allá, tendremos una importante conversación con tu hermano.

La conversación termino después de otro breve intercambio de palabras y con la promesa de hacer que JARVIS no le informe nada al genio.

–Entonces saldremos enseguida. –afirmo mientras trataba de levantarse del sofá.

–No, después de que te curemos nos iremos. Lo que menos quiero es que tu hermano desvié la conversación hacia ti.

–¿Debería llevar mis armas?

–En esta ocasión no, y es una orden.

El hombre que estaba en el sofá tan solo contuvo las ganas de reírse, no recordaba la última vez que estuvieran todos juntos, pero en algo estaba seguro. Los siguientes días la diversión seria mucha.

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