Capítulo 20: Siguiente movimiento

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No había esperado que sucediera tan rápido, pero estaba ahí en el hogar de Christian Grey, antes de siquiera tener un beso con el hombre utilizo una droga que lo dejo inconsciente por lo que aprovecharía a acceder a su base de datos y luego lo usaría como carnada para atraer a Lucifer Morningstar.

O eso fue lo que esperaba hacer.

Tardo algunos minutos en llegar a la oficina del hombre, pero se sorprendió de ver a cierta chica estar sentada encima del escritorio mientras le apuntaba con un arma.

–Esto si que es una sorpresa –Espeto con burla y algo de incredulidad–. Pensé que seguirías huyendo Anya, como la cobarde que eres.

–No soy una cobarde, simplemente no dejaría que Hydra me atrapara.

–Excusas de cobarde –Siseo con molestia mientras miraba los iris grises de la chica.

–¡No son excusas! Y ni siquiera entiendo porque te uniste a Hydra.

–¿Por qué? –Soltó una risa mientras con lentitud se acercaba a Anya sabiendo que la chica no le dispararía–. Eso es fácil, porque tu siempre fuiste la preferida.

–¿De que hablas? –Anya estaba confusa ante las palabras de Anastasia.

–Cuando ambas fuimos llevadas a ese orfanato, tu fuiste el centro de atención. Todos caían rendidos a tus pies, no tenias que mover un solo dedo para atraer su atención.

–¿Crees que eso me gustaba? ¿Crees que el orfanato fue un buen lugar?

–Tuviste la atención de Diego –Contuvo el grito mientras miraba con furia a la chica sin importarle que ella tuviera el arma.

–¡Diego abuso de mí! –Grito mientras recordaba a uno de los cuidadores, uno que parecía ser amable y considerado, pero que había sido un monstruo.

–¡Mientes!

–Lo hizo una y otra vez –Espeto mientras las lágrimas corrían por su rostro–. Grite muchas veces, pero nadie me ayudo, ni siquiera tu. Así que tuve que ayudarme yo sola.

–Mataste al hombre que amo –Respondió de manera dura sin importarle las palabras de Anya.

Anya sentía su arma temblar mientras notaba la mirada que le enviaba la que alguna vez considero su amiga, una mirada que había recibido varias veces.

–Si –respondió llanamente mientras sus iris reflejaban solo frialdad, era inútil hacerla entender–. Lo volvería hacer una y mil veces más.

Anastasia avanzo con furia hacia Anya, pero el sonido de un arma resonó en la habitación, tanto Anya como Anastasia se miraron con sorpresa, antes de que ella cayera.

–Ella hizo lo correcto y yo también.

Anya estaba sorprendida de ver a Christian despierto y con un arma.

–Creí haberte dejado inconsciente –Miro con asombro a Christian mientras el dolor en su abdomen se hacia mas intenso a cada momento.

–Eso habría funcionado en una persona normal, pero dado que tengo un hermano asesino y dos seres sobrenaturales como padres, ellos tienden a entrenarte en diferentes ámbitos.

Anastasia miro con diversión al hombre, lo había menospreciado sin considerar esos dos factores y ciertamente le sorprendió, algo admirable y que no pasaba a menudo. Aunque estaba claro que no viviría después de esto, Hydra no lo permitiría.

–Tienes mis respetos señor Grey, pero los próximos no serán tan benevolentes, Hydra no descansara hasta obtener a Lucifer Morningstar o Anya Grant.

–¿Por qué? –Christian no dejo de apuntarle mientras esperaba una respuesta.

–Solo se que son especiales demasiado especiales –Siseo con desprecio mientras observaba a Anya–. Tanto que harán lo que sea para tenerlos.

Christian miro algunos segundos a Anastasia antes de dispararle en la cabeza, no titubeo ni parpadeo, ciertamente no le gustaban las armas, pero la chica había cruzado un límite. Amenazo a su familia y el precio por ello era la muerte, incluso si jamás había matado a alguien.

Después de dispararle soltó el arma y miro con curiosidad a Anya, la chica aun tenia rastros de lágrimas, gracias a Yocasta escucho la conversación de ambas mujeres y podía entender un poco a la chica, pero sabía que eso no era de su incumbencia.

–¿Porque no pareces sorprendido con que ella fuera una espía de Hydra?

–La primera vez que la invite a salir, ella menciono que estaba interesada en conocer a mis padres.

–¿Y?

–Tanto mis hermanos como yo, jamás hemos puesto en papel o algún documento tal cosa. Para el mundo somos huérfanos.

–Supongo que no fue lo suficientemente precavida.

–No lo fue, por cierto, ¿cómo ingresaste a mi casa?

–Lo siento, pero es un secreto del oficio.

–¿Yocasta te dejo entrar?

–No diré ni una palabra.

*~*~*~*~*~*~*~*~*

El pitido de una maquina atrajo la atención de las personas presentes en esa habitación, se miraban entre ellos mientras en la pantalla se mostraba la imagen de su agente, mientras una x se sobreponía en la imagen.

–Parece que la chica fracaso.

–Era de esperarse, ella no tenia el potencial y no era rival para nuestros objetivos.

–No tenemos más opción que planear nuestro siguiente movimiento.

–Es hora de llamar a Rumlow.

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