Prólogo

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—El pasado ocho de diciembre se registró la temperatura más alta hasta ahora en la historia de la humanidad, la localidad de Purulia en India, ha conseguido una vez más un récord que se ha coronado como el más alto registrado hasta el momento. La localidad, ubicada en bengala occidental, alcanzó una temperatura de 60 grados centígrados en la sombra y de 64 bajo la luz del sol.

>> Sin embargo, India no es el único país que registra temperaturas extremas en el otoño, países como España, Francia, Colombia, México e Italia; presentan temperaturas récord nunca vistas en esta época del año ¿Es acaso todo esto consecuencia del calentamiento global?

Las dos amigas se encontraban una a un lado de otra mirando los noticieros, esa semana también había sido la más calurosa de sus vidas así que ellas se refugiaban en su departamento donde el aire acondicionado podía solucionarlo todo. Ya se las arreglarían después para pagar la cuenta. Ni Lauren ni Becky se sentían bien, ambas temían por su seguridad y por la de su amiga que llevaba ya cinco meses desaparecida y por la cual ya nadie se tomaba la molestia de buscar, ni siquiera ellas. La madre de Jennifer incluso sonaba más tranquila cuando la llamaban por teléfono en busca de noticias y ellas solo podían respirar profundo, considerar sus opciones y volver a su mundo para graduarse y poder empezar a ejercer sus profesiones.

—Es una mierda —dijo Becky cambiando el canal, se sentía agotada, no tenía ganas de levantarse para ir a clases— no quiero salir así, si pudiera salir desnuda lo haría —exclamó echando su cabeza para atrás de forma exagerada.

—Lo que es una mierda es el planeta —bufó Lauren quitándole el control para buscar algo más entretenido— lo hemos hecho mierda, eso es lo que en realidad pasa —suspiró— el invierno está a punto de entrar y las temperaturas siguen subiendo ¿te imaginas en el hemisferio sur? Ahí deben estar ya todos calcinados.

Becky soltó un enorme suspiro y se puso de pie de un salto.

—Voy por hielos, vaciaré la bolsa en la bañera y me quedaré ahí como por dos horas ¿quieres que te traiga hielo también?

Lauren negó.

—Podrá hacer un calor de infierno pero aquí hay aire exagerada —dijo aprovechando que su amiga ya no estaba para recostarse en el sillón— mejor dile a tu novio que preste su casa con alberca para hacer algo divertido.

—El único motivo por el que te agrada es por la alberca en su casa —gruñó Beck

Lauren le sonrió y asintió con descaro— anda, llámale ya.

Tempestad de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora