Capítulo 5.

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Dos días después de la primera reunión se efectuó la segunda, sin embargo, la atmosfera en el lugar era menos densa y se sentía una vibra diferente. Todavía no había tenido la oportunidad de conversar con Primavera, cosa que me tenía inquieta, pero de cualquier forma me sentía tranquila porque estaba segura de que no existiría un conflicto como en la ocasión anterior.

Rachel no se había presentado, Agastya nos dijo que ella debía atender asuntos de suma importancia y yo me pregunté si se trataba de Amadahy y Sarisha. En esos dos días que nos habían dado como "descanso" yo había tratado de averiguar algo sobre el paradero de las dos muchachas, pero Kura no había soltado información alguna y se había comportado un poco más seca que de costumbre. Aunque a pesar de su mal genio me ofreció entrenar con ella en las mañanas para que yo pudiera volverme más ágil en combate y supiera usar mi chakram de forma adecuada, así que habíamos iniciado una rutina de entrenamiento, de cinco a siete de la mañana; honestamente me parecía agotador, pero había accedido porque me sentía en la necesidad de poder protegerme si era necesario. No quería nunca más sufrir algo como lo que había pasado con Kali.

—En nuestra sesión anterior concluimos con el turno de Primavera y Verano, por lo que en esta ocasión comenzaremos, si les parece bien, con Otoño.

Giré mi cabeza discretamente hacia Anjay quien parecía estar tranquilo con la decisión, él me había pasado una lista con los puntos que quería tocar durante la sesión la noche anterior, así que yo estaba tranquila también. Anjay y yo no habíamos hablado mucho en realidad, cosa que me hacía sentir incómoda porque realmente me agradaba y lo consideraba una buena persona; tendría que hablar con él en el futuro porque de verdad estaba un poco conflictuada con todo esto.

—Adelante.

Otoño se puso de pie, se quedó un par de segundos en silencio para después por fin comenzar con su argumento.

—Gracias por cederme la palabra —comenzó— todos estamos aquí porque hace muchos, muchos años comenzamos un conflicto que hasta ahora parecía insignificante, al menos para mí, antes de todo esto yo viví feliz en mi isla, no me preocupaba realmente la maldición, no voy a mentir, ser un tigre la mitad del día no me causó ningún problema, no se que es lo que hayan experimentado ustedes, pero para mi fue un gusto en ocasiones, solo era cuestión de administrar el tiempo para aprovechar lo mejor de ambos mundos. Sin embargo, creo que es momento de que podamos decidir con plena libertad lo que queremos ser, donde queremos estar, con quien... —él respiró profundamente— creo que todos estamos de acuerdo en que este conflicto es en su mayor parte una pelea entre invierno y yo que se hizo extensiva hacia ustedes, lo lamento.

Verano sonrió a regañadientes.

—Es por esto por lo que me gustaría utilizar mi tiempo para disculparme contigo hermano —continuó él girándose hacia donde Invierno estaba sentado— lamento haberme casado con Amadahy, nunca debí hacerte algo tan despreciable.

—Voilá —murmuró Primavera quien parecía querer aplaudir por aquello.

—Antes que nada, somos familia —prosiguió Otoño haciendo caso omiso del comentario de su hermano— debí pensar en eso antes de lo que hice.

Invierno permaneció en silencio, aquello me inquietaba un poco, él podía ya no ser un dios pero después de todo era el más explosivo de todos y fácilmente podía tornar aquella situación en algo que se convertiría en un desastre.

—¿La lastimaste? —preguntó súbitamente.

Miré a Agastya del otro lado de la mesa, no se suponía que Invierno pudiera hablar aún pero parecían tranquilos así que él dejó que prosiguiera.

Tempestad de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora