9.- "Con éste ya van dos"

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— ¡¿Qué?! — Me quede sin aire al escuchar las palabras de mi padre. — Yo sabía que todo esto de traerme de regreso era parte de tus negocios, porque tú no piensas en mi sino solo en ti — sentí mis ojos cristalizarse.

— No exageres Hyogun, es por el bien de la empresa que tarde o temprano heredaras — comentó tranquilamente como si lo que me acabase de decir no fuera la gran cosa.

— Habla por ti, tú no eres el que se va a casar con alguien desconocido por obligación — me puse de pie frente al escritorio golpeándolo con mi puño.

— Que te pongas agresiva no cambiara los planes que tengo destinados para ti — levanto su mirada viéndome con una pizca de burla.

— ¡No quiero, me niego completamente! — grité escondiendo mis ojos llorosos con mis manos, sentándome nuevamente en el sillón.

— No es de que quieras o no Gun, la decisión está tomada —

Sabía a la perfección que cada una de las acciones que tomaba mi padre eran definitivas y no había poder en la tierra que logrará cambiar su opinión, así que tal vez no podía librarme de sus nuevos planes, pero si podía aprovechar la situación.

Limpie mis lágrimas y me reincorporé mirándolo — Tengo una condición para acceder de manera voluntaria a todo lo que me acabas de decir — mi padre levanto su mirada y con una de sus cejas elevada me observó dejando de lado los documentos que tenía en sus manos.

— Te escucho — menciono tranquilamente.

— Hay varios favores que quiero que me hagas, uno en especial necesita una cantidad desconocida de dinero, así que quiero que, mientras me presentes al hombre con el que me voy a casar, cumplas los caprichos que se me presenten — lo miré segura y firme de las palabras que acababa de decir.

Pensativo y sin quitarme la mirada de encima, mi progenitor se quedó pensando para después levantarse de su asiento — Hecho, dame el nombre de la persona que quieres que ayude — sin dudarlo me puse de pie para tomar un trozo de papel y escribir el nombre de aquella persona.

Él tomando el papel en sus manos, lo leyó y guardó en su bolsillo — Mañana mismo estará resuelto — menciono con seguridad caminando hacia la puerta y antes de salir dio su ultimo alegato — Dentro de un mes te presentaré al hombre con el que te casaras, así que compra algo elegante — apreté la mandíbula y sin decir palabra asentí.

El silencio del despacho me hizo sentir desprotegida pensando en todas las cosas que acababan de pasar. La desdicha de tener un padre que solo me veía como un simple trato para expandir más sus negocios. Sola en la obscuridad de la habitación comencé a llorar abrazando mi cuerpo como si esa acción fuera a evitar que la tristeza que sentía no me congelara más de lo que ya estaba.

No podía hacer nada, más que esperar a mi futuro prometido y fingir felicidad ante el resto de la sociedad que no sabía lo que yo sufría por dentro. — Te odio papá, te odio — murmuré una y otra vez hasta quedar cansada y vencida por el sueño.

~*~

— Gunie — escuché su voz y comencé a abrir los ojos parpadeando varias veces hasta enfocar su figura sentada a mi lado.

— ¿Quién me trajo? — formule sobando mis cienes debido a la jaqueca que se me estaba presentando.

— Jimin hyung — contesto con media sonrisa.

No me sentía del todo feliz como para demostrarlo, pero tampoco me gustaba ver a Tae serio o triste — Oye sonríe, me sentiré peor si ambos estamos afligidos — palmee su hombro lo que logro que una sonrisa más sincera asomara por sus labios.

L'oubli  (건망증) - PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora