RAY

La buscaré

BLAKE

No soy un vampiro muy amable pero me veo obligado a saludarlos
Hola a todos mi nombre es Ray Blake no me interesa lo que piensen de mi se que dirán los vampiros no existen pero la verdad es que si yo soy uno de ellos tengo 300 años soy toda una reliquia.

En aquella época los vampiros y los cazadores estaban en guerra en eso entonces yo no lo sabía, aquel día no tuve elección, mi vida y la de mis tíos estaban en juego, aun no recuerdo lo que ocurrió esa misma tarde, fui a visitar a mi tío Lestat, cuando llegue a su casa estaba todo obscuro, encontré a mi tía Jesse afuera del despacho de mi tío.

- ¡Ray! tienes que irte, tu tío no puede verte ahora, está ocupado, deberíamos irte.

- Pero tía ¿Por qué? - Escucho extraños ruidos y personas discutiendo afuera de la casa.

- ¡Ellos están aquí! - se acerca a mí y me mira con tristeza y dolor -
Lo lamento.

Desperté en aquel lugar solo, ellos ya no estaban y yo me sentía extraño, como si estuviera en un sueño profundo, y además tenía tantas ganas de beber sangre.

- ¿Como te sientes?

- Tía yo... no sé, porque me siento así.

- Estarás bien, Ray.

Aparece mi tío entre las sombras,
- Ray, necesito decirte algo, toma asiento - me siento en el sofá y miro a mis tíos con atención -. A partir de hoy nada volverá a se como antes.

- ¿Qué estás tratando de decir?

- Ya no eres mortal Ray, tu tía hizo lo que tenía que hacer para que estuvieras a salvo de ellos , no podíamos permitir que te pasara nada, se lo prometimos a tus padres, teníamos que protegerte.

- ¿De qué estás hablando? ¿Qué hicieron? - me incorporo y los miro muy molesto.

- Ahora eres parte de nosotros, ya nadie podrá hacerte daño, Ray, nosotros somos inmortales.

- No, eso no es verdad, los vampiros no existen.

- Claro que si existimos pero debemos mantenernos ocultos de los humanos para estar protegidos, aunque los originales son nuestros verdaderos enemigos.

- ¡No! Eso no puede ser cierto - niego con la cabeza.

- Tienes que aceptarlo, es lo que eres ahora, lo que somos nosotros.

- No, yo no quería esto, todavía no conozco al amor de mi vida, no puedo perderla.

- El amor de tu vida aún no existe, Ray.

- Claro que si existe, es Elizabeth.

- Lamento decirte que no es ella,
Elisabeth no es tu verdadero amor.

- Si no es ella, ¿Cómo la encuentro?

- Tendrás que esperar que llegue el momento indicado, eso no es lo mas importante ahora, primero que nada tendrás que aprender a controlar tu sed de sangre, te enseñaremos a cazar animales.

- Lo entiendo, entiendo que mi vida cambiara a partir de ahora, solamente quiero saber... ¿Cuándo podré conocerla?

- Eso solo el tiempo lo dirá, el destino te llevará hasta ella.

Avery

Cinco años

Estoy en un parque cubierto por nieve que cae sobre aquella niña bonita dueña de mi corazón, es irónico que piense eso porque yo no tengo corazón.

Observo a lo lejos a mi futura princesa, admiro a su mamá, ella es tan joven y hermosa, estoy seguro que ella lo será más cuando crezca.

- Hola Avery. - Estoy cerca de ella a tan solo unos pocos metros.

- Hola.

Ella se baja del columpio y se acerca a mi. Le entrego una rosa roja, ella aún es tan pequeña, debo esperar a que sea el momento indicado.

- Tu mamá te está buscando Avery, debes volver con ella - acaricio su cabello rubio.

- Adiós, Ray.

- Adiós, bella niña.

Llega su madre y la toma de la mano.

- Gracias joven, no la encontraba en ninguna parte, la deje por un segundos en aquél columpio y mírala ahora.

- No sé preocupe señora, yo la estaba cuidando.

- Gracias joven, ¿Cuál es tu nombre? - no debo decírselo, no aún -
No pasa nada, te agradezco que cuidaras a mi niña, es hora de irnos dile adiós Avery.

Ella solo me mira con su hermosos ojos color celeste, me dirige su preciosa sonrisa y me hace una seña diciendo adiós con su pequeña manita.

10 años

- Eres rara Avery, por eso nadie quiere ser tu amigo.

- Déjenme, no necesito amigos.

- Ya, es suficiente, váyanse a sus casas y dejenla en paz.

- Ah se acabo la diversión, vámonos, ya llegó su hermano mayor.

- Estarás bien bella niña, yo estoy aquí para protegerte.

- Me lo prometes.

- Te lo prometo, siempre estaré para ti.

Pero desde entonces no volví a verla ni a buscarla, me entere que me busco hasta los once años pero preferí dejarla hasta ahora que sé que ella ya es mayor de edad  es hora de presentarme como se debe y continuar si es que es cierto que existe la felicidad, mis tíos son felices, yo creo que nosotros también podemos ser felices...

- Adiós, mamá.

- Llámame cuando llegues linda.

- Si lo haré, —ella chica conmigo—. oh perdón, no te vi.

- Descuida, ¿Un viaje? - miro sus valijas.

- Eh eh si - trata de verme pero estoy cubierto con mi gorro para que ella no me indentifique.

- Esa voz es... - susurra.

- ¿Cómo?

- Nada, debo irme, adiós.

- adios

Por ella...

- ¿Como que te irás, Ray?

- Si, ella se fue a vivir a Alemania, tengo que estar con ella y protegerla, me aleje por diez años es tiempo de que me recuerde.

- Ray...

- Tú mismo me lo dijiste, ella es mi amor, sabes que es cierto.

- Ten mucho cuidado, Ray - dice mi tía.

- Gracias tía Jesse, cuídense, cualquier cosa escríbanme.

- Tienes derecho a ir a buscar tu felicidad, has madurado demasiado Ray, estás listo.

- Les agradezco todo lo que han hecho por mi.

Salgo rápidamente de la mansión cuando alguien me detiene

- ¿Ray? ¿A dónde vas, vampiro misterioso?

- A conocer el mundo.

- ¿Solo?

- No, me encontraré con unos amigos.

- ¿Acaso son humanos?

- No.

- Ah, comprendo, es la chica ¿no?
Vas a ir a buscarla o me equivoco.

- Rouse, a mi también me alegra saludarte pero ya me voy.

- Ray, es hora.

- Estoy listo, Mirco.

- Suerte, Ray.

- ¿Por qué la trajiste?

- Ella quiso venir, no pude hacer nada, pero tranquilo, ella no nos seguirá.

Subimos al auto y nos vamos camino al aeropuerto.

AVERY, TE VERE PRONTO, PRONTO ESTAREMOS JUNTOS