NARUTO - ULTIMATE SHINOBI

UZUMAKI NARUTO

Colossus intercepto a Rogue, sacándola del camino justo a tiempo, cuando las garras rasgaron el aire por encima de ellos. Colossus sabía cómo habría terminado aquella adolescente desesperada y tampoco tenía prisa por ver lo que esas garras podían hacer contra su blindaje metálico. Cyclops ataco al monstruo con sus rayos ópticos a plena potencia con asistencia de Storn que descargaba una lluvia de rayos contra él, haciéndolo retroceder y dándole tiempo a Iceman para sepultarlo con capa sobre otra capa de hielo, pero este se resquebrajaba con algo de esfuerzo.

En pleno enfrentamiento, Cyclops se dirige a Rogue, el tono molesto en sus palabras era evidente─. Te volviste... loca..., esa cosa... atravesó a Juggernaut con mucha facilidad ─dijo Cyclops, trataba de hacer entrar en razón a la adolescente─. No puedes ir y esperar que un ataque directo contra él sea suficiente para ganar.

─¡Déjame ir! ─gritó Rogue, luchando por liberarse y tratando de agarrar la cara de Colossus con las manos desnudas.

Colossus la tenía por las muñecas intentando inmovilizarla, tarea para nada sencilla puesto que ahora tenía la fuerza de Juggernaut, rodaron por el suelo luchando por el dominio, hasta que Jean los separo usando su fuerza telequinesis.

─¡Ya basta! ¡Están conscientes de lo que está ocurriendo, Ninja nos matará a todos si no trabajamos juntos!, ¿qué parte de eso no entienden? ─reprendió Jean, como si de una madre corrigiendo a sus hijos se tratara.

Rogue y Colossus asintieron de mala gana mientras tenían sus miradas clavadas en el piso. Mientras Storn y Scarlet Witch se sincronizaron para atacar al monstruo desde direcciones opuestas, haciendo que moviera la cabeza de un lado a otro y provocando su indecisión por seleccionar un blanco para atacar. Blob apoyaba de rato en rato arrojando pedazos grandes de escombros contra él. Pues la triste realidad es que ninguno se atrevía a acercarse, la muerte de Juggernaut les había enseñado esa lección. No podían quedarse por un lapso prolongado en un solo lugar, afortunadamente para ellos el monstruo no había vuelto a usar esa extraña habilidad, al parecer se conformaba con perseguirlos, como si del juego del gato y el ratón se tratase. Podrían mantenerlo ocupado, pero no podían detenerlo.

Quicksilver, haciendo alarde de su velocidad empezó a burlarse del monstruo acercándose a molestarlo y alejándose y de paso haciendo enfadar a Wanda.

─No seas idiota Quicksilver, no te acerques tanto a esa cosa, harás que te mate.

─Enserio, esa cosa no podría atraparme, aunque me rompiera una pierna ─dijo un Quicksilver más confiado que nunca─. Vamos chiquito, de nada le sirve tanto poder si no puede seguirme el paso.

En uno de los acercamientos de Quicksilver, el monstruo arremete con un rugido tan potente que mandó a volar al mutante por al menos unos veinte metros y con un aterrizaje violento, cuyo impacto lo dejaría aturdido, los X-Men y La hermandad desviarían su atención al ver a su camarada en el suelo y a una distancia peligrosa, Wolverine en primera línea enfrentándose con sus garras de adamantium, se encontraba más cerca para ir al auxilio, pero grande fue su sorpresa y la de todo el mundo el ver al monstruo aparecer frente a un Quicksilver en un instante.

─¿Co...cómo rayos hizo eso?

Esa cosa se podía mover así todo este tiempo, no somos más que meros juguetes para su entretenimiento. Pensamientos que pasaban por la cabeza de Wolverine que trataba de dar el alcance al mutante de la hermandad.

─¡¡¡No, Pietro!! ─gritó Wanda dejando ver su desesperación ante la situación de su hermano.

Cuando nadie menos se lo esperaba, Nightcrawler entra en acción salvando a Quicksilver en el último instante y apareciendo al costado de Wanda. Ella solo atina a cachetear a su hermano y seguido de un abrazo mientras sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas.