Love Love Confess!

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A veces Tsu no puede respirar...

No es alguna clase de enfermedad pulmonar, o un resfriado, tampoco un extraño fetiche sobre ahorcamiento, no, a veces el peso de tener dos vidas dentro de sus memorias y corazón, es demasiado pesado como para poder soportarlo, así que se ahoga.

Siente como si hubiera sido abandonada a mitad del océano en medio de una maldita tormenta, peleando por nadar a la superficie y encontrar algo de aire, pero incluso cuando lo consigue, el aire no dura mucho, y otra ola la devuelve a las profundidades de un imperdonable mar, ahogandola, sofocandola, llenando sus pulmones con pesada agua marina.

Y no puede respirar.

Tampoco puede gritar.

Lo intenta, desesperadamente, pero el agua no la dejo, las olas comen sus palabras y quejas, sus llantos desconsolados, y esta sola.

Se esta ahogando.

Y no puede respirar.

Sus elementos lo saben, intentan ayudarla, entenderla ¿Pero como pueden entender la? ¿cómo pueden comprenderla sin saber realmente la causa de su aflicción? Porqué ella no puede decir la verdad, tiene miedo. Miedo al rechazo, miedo a que piensen que se volvió loca, porque sabe como suena, decir que viviste en un mundo distinto, y moriste tan solo para volver a la vida en un lugar donde no tenía nada ni nadie, donde estaba destinado a ser alguna villana como si ser asesinada no fuera castigó suficiente por pecados que ella no podia recordar.

He incluso si le creen, no esta segura de que puede decir o no, de que querran escuchar y que no, tampoco quiere tener que admitir que en momentos oscuros penso en el suicidio como algo mas que una idea tentadora, y a veces, solo a veces, todavía lo ve de esa forma.

Asi que se calla.

Y se ahoga.

Hasta que el peso se vuelve insoportable, hasta que sus pulmones tienen más agua que aire y finalmente confiesa, finalmente confía.

— Yo... Morí. — Dijo apretando sus labios con algo de fuerza sintiendo como sus manos quieren temblar, y las lágrimas amenazan con hacerse pasó por su rostro.

Bermuda, el único que según ella cree que puede comprender lo que dice, tan solo asiente de forma solemne, y aunque no puede ver del todo su rostro, sabe que la esta mirando fijo, esperando a que continúe, así qué, lo hace.

Tenia 21 y era una bailarina, amaba bailar, y cuando estaba sobre un escenario me sentia invencible, me sentía viva. Debí saber que era demasiado bueno como para durar.

Comenzó en París, al principio eran solo flores, y notas halagadoras, nada nuevo la verdad, asi que no le di importancia, pero cuando fui a Moscú las notas y las flores siguieron, las mismas, todo el tiempo, Ahí empecé a preocuparme pero me dije a mí misma que era mí imaginación que estaba siendo paranoica, pero no lo fui. Luego fue New York, y Tokio, tenía miedo, así que pedí que no recibieran mas regalos en mi nombre, aún así... Siguieron llegando, a mi casa esta vez y para ese entonces ya estaba entrando en panico.

Trate de pedir ayuda, pero eran solo regalos, y las notas no decían nada amenazante, y estaba el problema de la jurisdicción... Así que para variar nadie pudo hacer nada, mi familia... Mi Madre sugirio que dejara los escenarios por un tiempo, hasta que las cosas se calmaran, pero tenía un último contrato, una última presentación en Londres... Y realmente fue la última.

¡Vongola Love Love Lucky Memorial! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora