La bestia de mis sueños (1/3)

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Era la época de apareamiento para los Canes, por lo que era normal ver a los Alfas más excitados que de costumbre, tratando de verse como posibles futuros compañeros, para los Omegas perfumados de feromonas de fertilidad. Grandes cazas, peleas a la luz de la luna llena y carreras atravesando los obstáculos naturales del bosque, en un frenesí para exhibirse. Más que en una competencia, los jóvenes querían ser codiciados como los mejores, o impresionar a su cortejo. Por lo que era una temporada movida, potenciada por la lujuria pasional del potente celo.

— ¡Jimin! ¿Enserio te tengo que recordar lo impórtate que es esto? — el Omega recostado en el sillón de su sala, despertó de su profunda ensoñación, para fijarse en su madre Alfa. El pequeño Lobo de 18 años, compartía todos sus rasgos con la hembra dominante, desde la larga cabellera rubia platinada, como espumosa niebla atravesada por radiantes rayos amarillos; que en la mujer estaba pulcramente recogida en una trenza, mientras en su hijo errantes mechones caían sobre ojos marrones, redondeados en el verde oscuro del moho, que hacía brillar el color más claro en el centro, semejante a la transparencia de la miel. Un efecto que lograba que cualquier Alfa, se fijara en su profunda mirada.

—Pero madre, ya estoy listo, estoy esperando a Taetae— se removió para una postura rígida, espantando el sueño de sus ojos, al pestañear, revoloteando sus largas y oscuras pestañas.

—No sigas mintiendo, ya me entere que solicitaste una invitación, para la fiesta de cortejo de los osos ¿Por qué? — la Loba mostro claramente el sobre, que Jimin había olvidado en su mesita de noche. Aunque el tono se mantenía neutro, la expresión de la mayor denotaba algo parecido al fastidio.

— ¿En qué siglo te quedaste? Hoy en día hay varias parejas entre especies— se defendió, arrebatándole la invitación que le pertenecía, aunque el hecho de que tenía que usar el sofá, para tener la altura necesaria para hacerlo, lo hacía verse adorable para su progenitora.

—Hay límites Jimin, tienes solo 18 años, y solicitaste tener citas con Alfas de más de 100 años ¡Estoy tratando de entenderlo! ¡Y no puedo, no dejare que hagas esa locura! — la mujer solo podía pensar en todo lo que se decía de los cambia-formas osos. Grandes, posesivos, malhumorados y algo violentos.

—No lo entiendes...por eso no quería decírtelo— quejándose, como si fuera normal, solo logro exasperar aún más a la Alfa.

— ¿Qué te gustan los viejos con mínimo un divorcio encima y cachorros de relaciones fallidas? Mira querido, eres un Omega muy lindo, pequeño, esponjoso, con olor a bayas silvestres. Mi deber como tu Alfa guardián, es advertirte que esos viejos tienen mañas, son unos pervertidos que solo te utilizaran, exhibiéndote como un trofeo. En el peor de los casos podría manipularte para tenerte como un adorno en su casa...por la bendita luna que arrulla la noche ¿acaso no entiendes todos los peligros que corres? ¿Por qué no busca Alfas de tu edad? — allí estaba, la mujer había entrado en ese estado en donde sus regaños, se volvían desesperadas suplicas, para que hiciera lo correcto.

—Aaaahhh...yo sé todo eso. Es que no es la edad, ni siquiera la especie. Estoy buscando a alguien que se parezca...al Alfa de mis sueños— el joven Omega no quería compartir sus raras fantasía con sus familiares, ni siquiera confiaba en su mejor amigo Taehyung, para relevarle tan vergonzoso secreto.

— ¿Alfa de tus sueños? ¿Cómo es exactamente? — enredada, con la luz de la esperanza en sus ojos, la Loba esperaba poder persuadir a su pequeño.

—No quiero hablar de esto— escondiendo su rostro en un cojín, Jimin maldijo las tradiciones caninas, que estipulaban que todo Alfa y Omega, debía estar emparejado o cortejando, antes de su primer celo.

—No voy a juzgarte cariño, solo quiero guiarte en esa fantasía onírica, que puedes estar malinterpretando— el Omega sabía que su madre Alfa haría eso, siempre destrozaba todas sus fantasías.

Lo quiero, señor bestia /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora