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Luego de la intromisión, Jimin pudo por fin recostarse en una superficie suave. La cama era tan grande como para que tres bestias, del tamaño de Yoongi cupieran. Colchón firme y edredones suaves, fue fácil enredarse en la comodidad, y simplemente sentir que se dormiría de inmediato. Estirándose para agarrar un dulce, se puso al borde de la cama y rebusco en la primera cajita.

— ¿Crees que me acabo de ganar el odio de un cachorro? — había ayudado a Max a escapar, y con las orejas bajas y el peludo ceño, de alguna forma fruncido, el buscador Trill, salió del departamento con una disculpa murmurada entre dientes. Estaba molesto.

—Lo dudo tanto como que será la única vez que se cuelen por acá. Son del piso de abajo, por lo que todos los cachorros de esa torre juguetean alrededor, metiéndose en problemas con la misma frecuencia en que sienten hambre— Yoongi solo había estado alrededor por unas semanas, por lo que ya lo había comprobado.

Mientras escuchaba, Jimin saco lo que parecía un pastelillo en forma de rosa. Parecía terciopelo con perlas nacaradas. —Wow espera ¿esto se come?

—La forma en que conseguimos la comida es diferente. Ustedes tiene ya todo preestablecido, nosotros podemos controlar la energía pura, darle sabor, textura, aroma, totalmente a nuestro gusto, no importa que comas siempre dulce o salado, recibirás los nutrientes importantes con cualquier dieta— en ese momento los ojos del Lobo, centellaron como la luz de una estrella.

— ¿Puedo comer lo que quiera sin ninguna consecuencia? — parecía un sueño para el Omega, quien se llevó el bello dulce a la boca, saboreando la textura mojada del bizcocho, como fresas con crema, fresco, frutal y azucarado, acompañado con la sensación de galleta en la perlas, cubiertas con una capa de caramelo. —Siento que es imposible ser infeliz acá— murmuro en un pequeño gemido de gusto.

—Ese es el objetivo, como el lugar de buenos recuerdos los primeros 15 años de un Therion, y su posterior retiro. Se diseñó de la forma más cómoda posible— el Lobo de pálidas características, se quedó cómicamente de piedra, a mitad de darse una segunda degustación.

— ¿Solo 15 años antes de mandarlos a la guerra? ¿Cuánto tiempo pasara para que vuelvan? — Yoongi al parecer no dejaba de tocar puntos delicados. A este paso iba a espantar al Omega.

—Un siglo...o dos si muestra dotes de liderazgo y se convierte en Capitán. En solo algunos casos llegan a ser lugartenientes de los máximos protectores, allí es imposible saber cuándo terminara su servicio. También hay casos fatales, pero somos bastante resistentes no es fácil acabarnos— fiel a su promesa la bestia fue absolutamente sincero. Y por la sangrada luna que arrullaba sus noches, Jimin tendría que entregar tan jóvenes a sus crías, con la posibilidad de que no los viera volver.

—Creo que ya no tengo ganas de comer— dejando el pastelito mordido, volvió a echarse sobre el colchón, como un peso muerto. Estaba feliz, su deseo se cumplió, no obstante las palabras de su madre resonaban, con su regaño constante, recordándole todo lo que podría salir mal, recriminándole por no buscar una pareja semejante a él. Esto era lo que había estado buscando los últimos años, y ahora que lo tenía no dejaba de sentirse mal.

—No era mi intención— se lamentó entre sus largos colmillos, apenas pronunciando algo coherente. Yoongi era un fracaso, él quien siempre sabía que decir, como proceder, un Capitán respetado, al que escuchaban y obedecían. ¿Su error fue desear ser amado por quien de verdad era? Por supuesto, quien querría esa clase de vida, por eso todos los Theriones debían mentir, de otra forma ningún Omega se quedaría a su lado.

—No es algo contra ti, en verdad estaba feliz de encontrarte... solo todo es tan diferente, que me siento dividido— la Bestia asintió a sus palabras, pero el Lobo podía observar las orejas agazapadas de la gran criatura. No estaban progresando.

Lo quiero, señor bestia /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora