Miénteme (Loki Laufeyson) PAUSADO POR EDICIÓN.

Capítulo 2: La Coronación

•|La coronación|•

Los días habían transcurrido a una velocidad casi increíble, tanto que aún no podía creerme  que estábamos a unas cuántas horas de que mi querido hermano se convierta en el rey de los ocho reinos y de Asgard.

Finalmente por lo que tanto había luchado, todo eso había dado frutos. Odín, nuestro padre, finalmente lo había notado, y le daría el lugar que tanto merecía.

Pero aún los ojos me pesaban, abrirlos estaba siendo más complicado, pero logré despertarme, debía arreglarme aún, tenía muchas cosas que hacer cómo para quedarme entre las sábanas. Así que lo primero que hice fue tomar un baño, con agua caliente, al terminar comencé a colocarme aquel vestido que habían hecho a mi medida, pero necesitaba ayuda con los miles de broches que habían pero cómo si hubiera adivinado mis pensamientos...

—Hola linda, ¿te ayudo?— mi madre apareció por la gran puerta, me limité a asentir con la cabeza y ella se acercó y comenzó a unir cada uno de los broches que tenía en la espalda, eran cientos según yo, pero ella acabó con todos en pocos segundos.—levántate— ordenó, y no dude en hacerlo, tomó mi mano para ayudarme a dar un par de vueltas, haciendo que el vestido luzca perfecto con cada vuelta. Algunas risas escaparon de mi boca mientras giraba.—,te ves tan hermosa, mi princesa. Pero bien, ¿Ya decidiste cuál será tu peinado?— decidí asentir.

—Sí, madre, es algo simple— quería una trenza que se acomode a mi costado derecho, no quería algo muy extravagante, el vestido ya era lo suficientemente vistoso para mí, sobre todo tomando en cuenta que no era un festejo en mi honor, si no era para Thor, este iba a ser su gran día, y esperaba que fuese el mejor día, el inicio de su reinado.

Madre no tardó mucho en concluirlo, hasta eso yo había retocado mi rostro, había decido concluir con un pigmento rojo en mis labios, era bastante vistoso y quedaba bien en conjunto con el vestido y el peinado, mi madre daba unos cuántos retoques con el peinado, colocando algunas perlas y piedras en él, haciendo que luzca delicado, y realmente me había encantado cómo se veía, así que giré para abrazarla con fuerza.

Había jurado que estábamos sólo unos cuántos minutos, pero habían pasado ya algunas horas, y se acercaba el momento épico de mi hermano. No dudé en correr a buscarlo antes de que sea tarde, ahí estaba, usaba una capa roja, con su armadura que hacía que luzca tosco y fuerte, y sí que lo era. Su cabello rubio caía sobre sus hombros y estaba acomodándose un casco, el cuál hacía que se vea... ciertamente algo ridículo, pero al parecer a él le gustaba cómo lucía. Su ego siempre andaba por los cielos, aunque ahora quizá más.

—¿Listo Thor-pe?— me acerqué a él a paso lento mientras él posaba sus ojos sobre mí, pensé que nunca los retiraría de su espejo.— Es tu gran momento de brillar.— Se quedó parado, observándome de manera divertida, se acercó a mí con la intención de despeinarme, pero logré sujetar su mano antes. Había una clara diferencia de estatura entre ambos, muy notoria para ser sinceros, pero no por eso arruinaría mi peinado, no hoy.

—Siempre,— aclaró—siempre es mi momento de brillar pequeña Less. Pero ahora, más que nunca, al fin gobernaré los nueve reinos. ¿No es tan emocionante?— me mostraba una sonrisa llena de emoción, se veía tan feliz de que al fin iba a ser coronado y declarado rey de Asgard, y claro que con ello venían otros mundos a los cuáles reinar, a pesar de eso, se veía bastante relajado. Sinceramente yo hubiera estado estresada y cargada de  mucha ansiedad, pero él era tan diferente a mí, incluso a Loki. Era simplemente Thor.
Siempre ganando lo que quiere, sobre todo al pueblo, el cuál lo adoraba.

—Estoy tan orgullosa de tí.— me abalancé sobre él para darle un abrazo, él con sus gigantes y fuertes brazos me levantó del suelo, haciéndome girar. Incluso sentía náuseas, de hecho ya empezaba a darme mareos, iba a vomitar incluso el desayuno que ni siquiera había consumido.— ¿Quieres matarme?— en ese momento sólo soltó una carcajada para bajarme al piso, mi amado piso.