•|70% extra terrestre|•
—Señor, aquí tenemos los resultados. La mujer está despertando.— a duras penas podía abrir los ojos, el hombre de parche estaba a un lado mío mientras revisaba algo en una pantalla.
—Increíble.— fue lo único que salió de sus labios, de forma pausada y asombrada a mi parecer, iba a intentar sentarme pero una especie de cadenas no me lo permitían.— Lamento los inconvenientes señorita, lamentablemente es la única forma en la que el personal se siente seguro con usted.— con un ademán una chica con una bolsa de hielo sobre el ojo atravesó la puerta. Había logrado reconocerla, agente Hill. La mujer que me había puesto las esposas.— Y quisiera saber ¿Por qué atacas a mi personal? Y ¿Quién te envío a hacerlo?
—Yo no ataqué a nadie.— recibí una mirada de desaprobación por parte de Fury.— Lo último que recuerdo es que me metieron en una camioneta y me pusieron un tipo de gas que no me permitía moverme.
Era la verdad, luego de que me esposaran, las píldoras hicieron su trabajo dejándome dormida.
—¿Y cómo explicas esto?— presionó algo en la pantalla que tenía en frente y se comenzaron a proyectar imágenes en la pared blanca de la habitación.
Era verdad, de una u otra forma yo estaba sentada en la silla, pero aún despierta y extrañamente sí podía moverme o eso mostraba el vídeo. Estaba contra una esquina golpeando una de las paredes con mi cabeza, de forma frenética, la agente Hill apareció con algo en su mano, las imágenes no se veían claras pero tal parecía que un arma, de un momento a otro el arma salió por los aires. La mujer que estaba algo encorvada por el espacio dónde estábamos. También ella salió por los aires golpeando cada pared oscura, aunque no parecía que fuera yo la que hiciera algo.
—No creo que yo fuera la causante de nada.
—Barton dice que mueves cosas con tu mente probablemente. Dinos quién te envió y prometemos ayudarte.
—No entiendo a qué se refiere director Fury.— respondí de forma seria.
—¿Te tienen amenazada? Dime y todos aquí te ayudaremos a mantenerte oculta.
—No señor, yo no vengo de parte de nadie.
—Agotas mi paciencia niña.
—Ustedes la mía señor.
—Llama a Coulson.— se giró para ver a la agente Hill, sin decirme otra palabra se dió media vuelta para dejarme ahí. No sabía por cuánto tiempo más debía estar aquí, o cuándo sería el día en que me dejaran libre. Habían dos personas más, caminaban de un lado a otro llevando cosas de extremo a extremo, me miraban con miedo, lo cuál no me hacía sentir exactamente cómoda.
No tenía ánimos de seguir ahí, y no iba a resignarme así que esperé unos minutos para estar más despierta y poder controlar mis cinco sentidos. Estaba completamente recta sobre una camilla, piernas y manos atadas a cada esquina, pecho y torso también atados. Lo primero que debía hacer era liberar mis manos, no quería hacer mucho ruido para no alarmar a nadie. Intenté deslizar mi mano entre las esposas que me ataban a la cama, pero fue inútil, estaban muy ajustadas. No tuve de otra más que tirar de ellas y romperla, así liberando una mano, con la ayuda de la mano libre rompí las otras esposas que sujetaban la otra mano, por mero instinto froté mis muñecas, tenía marcas rojizas por la presión que hacían las esposas. Con ambas manos me liberé del aro de metal que rodeaba mi pecho, y cuándo iba a sentarme para quitarme la de las piernas me dí cuenta que había otro rodeando mi cuello, me quedé sin aire por un momento, me había intentado levantar con bastante fuerza. Con una mano también rompí ese aro de metal, me quedé quieta un momento para recobrar aire, miré a los lados y me dí cuenta que estaba sola, no sabía hace cuánto pero me alegraba que fuera así. Una vez libre de las caderas para arriba, pude encargarme de las piernas, las liberé de igual forma. En cualquier momento alguien vendría a atarme de nuevo, a estas personas se les daba bien espiar.
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Miénteme (Loki Laufeyson) PAUSADO POR EDICIÓN.
Fiksi Penggemar«El amor es para tontos» Repitió su sed de venganza. Pero su tonto corazón ya había caído en las redes del amor. «Yo debí ser rey» Repitió la avaricia. Pero no sabía que el era el rey en otro corazón.