Diez.

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- Y eso fue todo lo sucedido. -terminó de hablar Jungkook.

Aún se encontraban en el asiento trasero del auto cuando Jungkook quizo contarles a ambos sobre su madre, Jimin se había sentado de espaldas a una de las puertas, para situar a Jungkook entre sus piernas y recostarlo en su pecho, mientras la señora Park conducía.

- ¿Te sientes bien amor?

- Si, me siento mejor ahora que no soy el único que lo sabe.

- Jungkook, quiero que sepas que siempre estaremos para ti, y que puedes confiar en nosotros para lo que sea. Siempre fuiste parte de la familia después de todo... -comentó la señora Park.

- Se los agradezco mucho, de verdad, y es igual para ustedes, estaré a las órdenes para lo que sea necesario, me salvaron la vida, quien sabe que habría pasado si...

- ¡Aaaw eres tan tierno! Jimin ¿¡De dónde sacaste a un Jungkonejo así!? ¡Yo quiero uno! -los jóvenes carcajearon.

- ¡Pues no lo tendrás! ¡Jungkookie es únicamente mío y no te lo presto! -se aferró al nombrado.

- Pero Jungkook hará cucharita conmigo esta tarde ¿cierto? Él dijo que estaría a las órdenes...

- ¡Mamá! -se quejó Jimin- ¡Yo hacía eso! ¡Me cambiarás por Jungkook! -llevó su mano a su pecho simulando estar ofendido.

Siguieron su infantil pelea por quién se quedaba con Jungkook hasta llegar a la estación de servicio, pues cuando Jungkook comenzó a hablarles de su madre, la señora Park no quizo interrumpir y pasó de largo por su casa,(que quedaba a dos cuadras de la casa Jeon) dando vueltas sin rumbo hasta que el omega más reciente terminó de hablar. Así que decidió llenar el tanque.

(...)

Habían pasado dos semanas y la popularidad de la pareja había crecido mucho en el instituto, y de buena manera, pues, al igual que con Jihoon, aquel alfa terco que había lastimado la espalda de Jimin, había sido explusado. Con la diferencia de que después de su recuperación en el hospital ingresaría a una nueva institución especializada en autocontrol, donde le enseñarían a congeniar con su alfa y que éste no lo dominara.

Ya nadie se metía con el Jikook, porque a pesar de que era sabido que ambos eran omegas, habían demostrado ser fuertes y respetables. Muchos omegas se acercaban a ellos, en especial a Jimin, pues su capacidad de resistir la voz de mando causaba mucha curiosidad. Lastimosamente no era algo que se pudiera enseñar, lo que hacía a Jimin aún más especial.

- Kook, ya puedes irte... Tu celular no para de vibrar... -dijo cerrando su casillero.

- Pero amor... -apretó su abrazo.

- Nada de peros, -movió su índice de arriba abajo- le prometiste a Taehyung ser su brazo derecho y se lo debes. -espetó.

- Tienes razón, -se rascó la nuca- te amo -susurró, beso su mejilla y desapareció por el pasillo, rumbo a la biblioteca.

- Oye, te tardaste tanto que llevo veinte minutos atrasado con mis resúmenes... -reclamó Taehyung.

- Lo sé, lo siento, estaba..

- Con Jimin. -interrumpió, y Jungkook se tensó por un momento.- Pero... Estoy seguro que él te apuró así que te perdonaré esta vez. -le sonrió.

A Taehyung le había costado un poco, pero había aceptado a Jimin como el novio de su crush, y después de las repetidas visitas que había recibido en el hospital y en su casa cuando estaba en reposo, se habían hecho amigos.

- ¿Y cómo está tu brazo?

- Mi brazo bien, el que está jodido es mi hombro, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Lo que se dislocó fue mi hombro...

Unconditional [Jikook] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora