Capitulo 2 - (Primera Intimidad)

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Necesitaba salir de aquí. Estaba demasiado asustada, mi corazón corriendo un millón de millas por minuto, y mi cabeza palpitando del dolor de cabeza.

Estaba temblando, con las lagrimas cayendo por mis mejillas, no había manera de controlarlas. El hecho de que finalmente fui atrapada y no había palabras para describir el montón de arrepentimiento que sentía por tomar la decisión de huir de un lugar de mierda donde me quedaba por las ganas de encontrar un lugar mejor.

Yo escape de casa así podría ser libre, libre del constante miedo de que me capturaran. Libre de vivir como pobre y libre del enfermo sentimiento que tenía en mi estomago por la preocupación. No me escape por esto.

No tenía ni idea de que hacer, así que me acurruque en uno de los rincones de la grande habitación y abrace mis rodillas, escondiendo mi cara en ellas. Mordí mi labio, duro, tratando de ahogar el sonido del llanto que amenazaba con salir, temblando de miedo.

¿Qué hice para merecer esto?

Me senté ahí por lo que pareció una media hora, y luego un suave golpe llegó a la puerta. Podía físicamente sentir mi corazón detenerse por un momento, lleno de pavor. Podía ser mi propietario y no estaba mentalmente preparada para ver quién me mantendría cautiva y usarme en contra de mi voluntad aun.

El entro en la habitación, sus pasos cuidadosos el mismo hombre bronceado con cabello oscuro y ojos marrones de hace un rato. Había una intimidante aura en el, algo gritando el poder.

El se acerco y se agacho a mi lado, colocando una mano en mi hombro confortándome.

“¿Por qué no has hecho lo que te pidieron?” El pregunto, su voz baja y amenazante.

Yo solo sacudí mi cabeza, sin mirar hacia el.

“Mírame y contéstame” El demando, su voz lenta.

Mis latidos cardiacos estaban frenéticos, golpeando en mi pecho y estaba aterrorizada de que si no lo escuchaba, solo iba a hacer lo que sea que fuera a venir peor para mí. Lentamente obligada levante mi cabeza hacia él, viendo los ojos café del hombre. Algo de él me intimidaba así que rápidamente desvié los ojos, manteniéndolos en su manzana de Adam.

Se levanto rápidamente, estirando una mano hacia mí. La tome y me ayudo a levantarme.

El me guio hacia la cama y cruzo sus brazos. “Siéntate”

Me senté en el colchón y se hundió un poco por mi peso. Vacilante, mire hacia él, pero no podía verlo a los ojos, eran muy intimidantes.

“¿Cómo te llamas?”

Asustada, le conteste sin dudar “Abby”

“¿Es ese tu verdadero nombre?” El demando.

“Abigail, pero yo me inclino más hacia Abby” Me corrijo.

“¿Abigail qué?”

“Dalton” Una vez mas no dure un segundo en responderle, con miedo de que cada vacilación le haga tomar represarías contra mí.

“Abigail Dalton” Asintió “Escucha, Abigail. Solo te diré esto una vez. Me perteneces ahora. U eres mi esclava. Yo soy tu dueño, tu propietario, y tú me hablaras de esa manera a menos que yo te dé el permiso de llamarme por mi nombre, solo me llamaras “Máster Zayn” o “Señor”. Yo controlo todo aquí, todas las cosas y todas las personas están bajo mi mando. Tu necesitaras acostumbrarte rápido y obedecer cada orden o habrán consecuencias. Tu estadía aquí va a ser permanente, que sea agradable o desagradable se basara en tus acciones. Sería mejor si mantienes esto en tu mente ¿Esta claro?” Sus palabras salieron fluidamente, pero exigentes.

Laced (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora