49 - Depredador en potencia

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¡Uh... Ju, Ju! 
Ni, no, na...
¡Ya está! Mis grandes obras maestras acaban de finalizar...
Me resulta increíble que haya podido hacer tal lujuria erótica...
Ahora me pregunto... ¿Cómo le puedo enseñar esto a mi padre sin que mi madre se entere? 
Tendré que buscar algún método... Ag...
Se supone que viene hoy... Ya es Sábado, casi de noche...

—¡Satella! ¿Puedes llevar la basura a la calle? —Ordenó mi madre tras la puerta de la habitación.

¡Szh! Qué susto... 
Nunca he guardado estas cosas tan rápido en mi vida... 
Ay... Tendré que ayudar a mi madre... 
Ah... Bueno, quizá te parezca raro una niña de 8 años llevar la basura sola a la calle... En esta ciudad por lo visto hay mucha seguridad y es habitual ver niños y niñas de mi edad salir sin padres...
¡Las cosas de la época! Pero creo haber leído que en otras épocas eso era impensable en la humanidad... No lo sé.
Basura, basura... Pesada y apestosa... Bolsa de papel resistente... Algo mojada...
Tantas vidas y me sigue repugnando este tipo de masa de deshechos. Oh... espera...
¡La chancla está dentro! ¿La va tirar? ¡No me lo creo! Por fin seré libre... No tendré ya que preocuparme de si me pillan... ¡Hurra!

Pero... ¡Qué estoy haciendo! Ahora que me doy cuenta cada vez actúo más raro... Estos sentimientos humanos me descolocan con las emociones y expresiones...
¡Agg! Aunque... sería empeorarlo... Si ya de por sí era así... No lo sé.
Pero creo que hacer lo que hacía en otras vidas no debe estar bien si controlo todo un cuerpo... ¿No?

Pues nada... Ni te me he dado cuenta, pero ya estoy frente del basurero y ¡Para dentro la bolsa!
Agg... Por fin ya no tengo peso en las manos...
Ahor...
...
Espera... Alguien me ha tocado... Noto una fuertes manos agarrando mis hombros... ¿Qué hago? ¿Realmente este sitio era seguro? Soy una niña de 8 años, no tendré fuerza para hacer nada. ¡Qué hago!
Me siento tensa, me siento mal. No sé por qué pero me tiemblan las piernas... ¡Qué digo! ¡Sí se por qué! Seguro es alguien malo que va raptarme... ¡Seguro! Quizá el mundo animal no es diferente al humano. Quizá sea un depredador y me secuestrará...
No quiero mirar nada...
¡No quiero! ¡Mi voz ni sale!

—¡Vaya Satella! ¡Hola mi niña! ¿Ayudando a mamá? —Dijo mi padre alegremente y sin preocupaciones.

Oh... Voz conocida... ¡No voy a morir! Aunque me da igual...

—¡Papá! -Grité con cariño y salté a abrazarle

¡Pero qué estoy haciendo! Se me ha ido la olla. ¿Por qué le he mostrado tanto afecto?
¡Agg!
Aunque tenía razón sobre quién agarró mis hombros... Un depredador, pero de otro estilo...

—¡Qué feliz soy! Creo que es la primera vez que mi hija me aprecia. ¡Voy llorar de la alegría! —Celebró a gritos mi padre llamando la atención de las pocas personas que pasaban cerca.

—Pa... ¡Papá! ¡Ya basta! —Reclamé.

—¡Es el día más feliz de mi vida! —Insistió mi padre. —¡Comeremos pizza para celebrarlo!

—¡¿Pizza?! —Dije con ilusión.

—¡Sí!

Oh sí... La pizza... Nunca lo he dicho pero es el momento. ¡Es lo mejor que he comido en todas mis vidas! Yo creo que si la raza humana tuviera que negociar con otros mundos la pizza sería la moneda.
¡Es magnífica!




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