70 - El año que más nunca me volverás a ver

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Tras tanta fiesta y encuentros agradables con mis amigos. Terminamos este año juntos en la plaza comiendo uvas. En mi caso, sin pepitas.
Es que las pepitas... Son como perritos pequeños, cuando las muerdes chillan y es un dolor que no puedo ignorar. ¡Es terrible!

Y nada...
Aquí bajo la nieve, muy abrigada, estoy ya abrazando a quienes me apoyaron tanto en esta vida.
Ojalá todo siga así y no vuelva a empeorar.

Pero ahora, debo ir a lo más importante. Decir un adiós al pasado.

—¿Satella a dónde vas? —Preguntó Bagon
—Aaah... Voy un momento al cementerio.
—Umm... —Se preocupó Mai. —Te dejo sola, Satella. Si me necesitas llama.

Asentí.

El viaje se hizo largo hasta la tumba de mi madre. No había notificado a mi padre de esto, pero no fue tan inesperado haberlo encontrado en el cementerio.

—Oh, hija. ¡Si es que somos iguales! —Gritó con humor mi padre.
—Papá... Tonto. —Dije.

En verdad no tengo nada que decir. Admiro mucho a mi padre y su amor por mi difunta madre. 
El cementerio estaba más lleno de lo que esperaba. Había mucha gente que perdió a su familiar este año y se despedían. Algunos los superaron, otros no tanto.
Si estamos aquí es para decir un adiós. Se muy bien como funciona la vida, y se que mamá nos escuchará.
Y aquí estamos, una tumba con una gran cantidad de flores y obsequios. Mi padre parece que la visitaba a menudo. Pero a él ya no se le ve triste, se ve muy contento comparado con hace poco.

—Querida, esta será la última vez que venga a visitar tu tumba. Debo encargarme de la preciosa hija que me dejaste atrás y de otros asuntos.
No te imaginas lo bien que nos hemos divertido estas navidades, aunque sea irónico. 
Habría estado genial tenerte allí. Echo de menos mucho tus rabietas cariñosas.
¡Pero qué le voy hacer! Te prometo que Satella crecerá sana antes de que se acabe el mundo. ¡Que no se va acabar! Sabes que es una forma de decir.
Por lo tanto, no te preocupes más por nosotros si estás ahí y simplemente observa.

Papá tocó mi hombro para ceder su turno y se marchó hacia la entrada del cementerio.

—Má... Esta vida es realmente dura, pero he conseguido llevarla. Tengo fantásticos amigos que seguro ya conocerás y ya trato de no pensar hacia atrás.
Espero que aparezcas dentro de poco en algún sitio más justo que este. En el que puedas vivir aquello que se te arrebató.
Aggg...
No soy muy de despedidas ahora... 
Pero... esta navidad se me hizo vacía en un aspecto. Me ha faltado tu cariño y ya no podré recibir más de tus abrazos ni castigos.
Mira que me quejaba, pero en fín, así funciona el mundo. Se valora lo que se pierde...
¡Pues eso!
Y por cierto ¡Haré mucho arte erótico sin que me lo evites! ¡Retuercete en tu espectro y siente la frustración! ¡Ja,ja!
Ayy...
En fin...
Solo vine aquí para decirte buen viaje, mamá. Se que el 1 de cada nuevo año los espectros desaparecen y reviven en otro cuerpo. Sea aquí o en cualquier parte del universo.
Habrás olvidado todo y simplemente vivirás lo que te haya tocado.
Así que, este es el adiós definitivo.

Feliz año, mamá.

Agg... Este año será muy distinto a lo usual... 
Me pregunto qué sucederá ahora...
Es tan caprichoso el destino... Y pensar que formé parte de él una vez... 
Pero bueno...
Ahí está papá esperándome. Le tendré que pedir si me acompaña hacia donde mis amigos.
Pues quiero celebrar este día con ellos.
La llegada de un año nuevo.
Y el comienzo de una nueva vida.

El peloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora