Hi again ; 05

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Corrí hasta llegar a casa, me gané varias miradas por ello.
Abrí la puerta de un empuje y la cerré fuertemente adentrandome a casa aún en pánico.

— Hyo... —voltee asustada— ¿has llegado? —habló mamá desde la sala y yo tomé mi pecho tratando de calmar mi respiración.
Me acerqué y noté a una mujer sentada en un sofá junto a mi madre.
Era la madre de Chan.

— ¿Por qué estás tan pálida?... —preguntó mi madre acercándose dejando de lado su taza de té— ¿Qué te ocurrió, ¿has visto un fantasma? —colcó una mano en mi mejilla mientras me veía preocupada.

Literalmente, Chan ha Sido el fantasma más lindo que he visto.

— Yo...— miré a la madre de Chan y esta sonrió— ví una araña en la entrada. —mentí.
Ella río levemente y la madre de Chan igualmente lo hizo.

Sí la madre de Chan está aquí, entonces... ¿Chan también debe dirigirse hacia acá?
Pero este cruzó la calle dos cuadras antes y se supone que para venir a esta casa debe ir más adelante.
Supongo que no ha de venir.

— ¿Aracnofobia? —preguntó la madre de Chan y yo asentí. Esta siguió tomando su té mientras me acercaba para saludarla.

No era una mentira, odiaba las arañas.

— Un gusto volver a verla. —dije al tomar su mano.

— Igualmente, has crecido mucho Hyo, ya has de tener novio. —rió y negué.

Tristemente, estuve esperando a su hijo estos casi cinco años señora. –pensé.

Tomé a mamá de la muñeca y la llevé al pasillo, claro, no sin el permiso de la madre de Chan de que nos disculpara un momento.

— ¡No me contaste nada de que iban a volver!... —grité susurrando y esta frunció el entre cejo— ¡¿Desde cuándo lo sabías?!
Ella pensó un momento.

— Unos meses atrás... —levanté una ceja— un año.
Solté un jadeo y me crucé de brazos.
Claro, yo siempre debo no saber nada, nadie me dice nada.
Lloré varías noches por Chan –y ella lo sabe– y ella no me dijo nada de que volvería.

— Igualmente ibas a saberlo, Hyo, ¿Viste a Chan?, su madre me contó que está en tu instituto. —gruñí y subí a mi habitación.

No quería saber más nada, claro siempre debo enterarme a último minuto de todo.

                                           °•°

La madre de Chan estuvo en casa hasta las seis de la tarde, se negó a cenar y allí fue cuando se fue a su apartamento, el cual había comprado ya que su casa la había vendido.

Mamá trató de sobornarme con galletas de chispas de chocolate anoche, las acepté, claro, pero seguía molesta.

Caminaba por los pasillos del instituto esperando a Hina, era temprano ya que decidí colocar una alarma para despertarme, no me gustaba que mi madre me despertara –y menos después de aquello–, podía estar de mal humor toda la mañana.

Paré en seco al encontrar a Minho hablando con un grupo de chicos, quise saludarlo pero me retracté y pasé de largo ya que no conocía a esos chicos con los que estaba.

Sentí un jalón de mi mochila y me voltee molesta porque odiaba que hicieran aquello.

— ¡Hola otra vez, Hyo! —abrí los ojos rápidamente al encontrarme a Chan.

Tal vez ayer me salvé de él, hoy al parecer no.

Me sentía avergonzada por salir corriendo de esa forma ayer cuando él sólo quería un abrazo.
Es que no me esperé encontrarmelo.

— ¿Ahora no hablas? —preguntó y yo negué.
No quería parecer tan tímida aunque por dentro estaba muriendo.

— Hola. —dije y sonreí torpemente.
Este colocó su cabeza de costado para darme una sonrisa de las suyas.

— Ayer corriste y no pudimos hablar... —mordí mi labio inferior y este rió— vamos, ven aquí.
Tomó mi mano y me acercó a él para abrazarme.
¿Hace cuánto no había sentido este tipo de contacto proveniente de él?

Su aroma inundó mis fosas nasales y solté un leve e inaudible suspiro.

Se separó solo un poco y me observó.

— Dejaste crecer tu cabello. —añadió analizandome en la misma posición.

Sí, en secundaria tenía mi cabello corto –más arriba de los hombros–, Chan pensaba que era adorable.
Ahora está en mis costillas, no dejé que creciera más de allí.

Pensé que estaba haciendo muy callada y decidí comentar algo sobre él, pero no tenía nada. Sus manos en mi cintura me incomodaba y el hecho de que estuviera tan cerca de mi hacía que mi nerviosismo creciera.

— Tú estás más alto... —comenté y este sonrió— ? cuánto mides ahora?
Este se hizo el pensativo.

— No lo sé, supongo que ya he llegado a uno ochenta.

— Wow. —salió de mi boca repentinamente haciéndolo reír.
Un chico se acercó dándole una palmada en el hombro y este lo saludo.

Chan no quería soltarme y yo sólo quería liberarme de sus brazos, no porque no me gustara, sino porque muchos ojos se centraban en nosotros.
El chico se fue y volví a recibir la atención de Chan.

Bajé mi rostro y sentí mis mejillas arder. Odiaba ser el centro de atención.

— ¿Por qué miras hacia allí?, mírame.

Mi corazón se aceleró a más no poder y sentí que empezaba a tener fiebre. ¿Desde cuándo era tan tímida con él?, no podía evitarlo.

— ¿Por qué miras hacía esa dirección?, Hyo. —preguntó nuevamente acercando su rostro al mío.
Podía sentir su aliento en mi mejilla izquierda.

No quería que eso pasara, ¡no quería que eso pasara!

Era obvio, él trataba de hacer contacto visual conmigo, adoraba eso. Pero en este momento estaba indispuesta.

— ¿Puedes soltarme? —pregunté alzando mi cabeza y mirando hacia otro lado.

— ¿Eh?

— Suéltame.
Chan alejó sus manos de mi cintura.
Ahora mi rostro debe de estar como un tómate.

Había empezado un silencio en el que este tenía una sonrisa –la cual no la borraba y parecía un psicópata–.
No me molestó para nada aquél abrazo, para nada.
Incluso, si fuera la Hyo de unos quince años hubiera llorado allí mismo.
Este se acercó y acarició mi cabello sin quitarme la vista, ¿por qué estaba tan cariñoso?

— ¡Chan!... —escuché la voz de un chico— ¡Tenemos que ir a clase!
Oh, cierto, la clase, ¿qué hora serían?

— En un minuto iré. —dijo este aún observandome y yo tragué en seco.

Escuché un gruñido del chico y sus pasos alejarse.
¿Por qué estará tan molesto?

— Has hecho amigos... —añadí— que rápido.
Sonrió.

Recordé cuando él decía que no quería tener amigos además de mí.
Ahora en sólo un día de llegado ya tiene muchos.

— No fue fácil pero... —metió sus manos en su suéter— lo hice.
Fruncí el entre cejo.

— ¿De qué hablas?, se supone que eres Bang Chan, ha de ser fácil. —este río y se recargó en la pared.

— Si pero... —me observó y lo ignoró— es difícil hacer amigos cuando la única persona con la que quieres estar, está lejos de ti.

Me quedé pensando en aquello anteriormente dicho.
¿"La única persona con la que quería estar"?

— Bien, nos vemos Hyo. —dijo al pasar por mi lado.

¿A qué se refería con aquella frase?, ¿quién era esa persona con la que quería estar?

Bang Chan, siempre me dejas intrigada.

𝑂𝑢𝑟 𝑠𝑡𝑟𝑒𝑒𝑡 - 𝐵𝑎𝑛𝑔 𝐶ℎ𝑎𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora