Apartado 6: "el influjo del consorte"Neblina. Seis días después.
Louis miró, expectante ante cualquier movimiento de los miembros de su consejo. Los ojos de todos puestos en él, incluso los de Liam. Algo dentro de él se removía y carcomía lentamente, algo frío, aunque no lo comparaba con sus anteriores calamidades que le tocó vivir. Esta vez era diferente.
—Entonces... ustedes dicen que Liam Payne, comandante en jefe, deje su cargo que tantos años pulió y trabajó para tomar mi mano en matrimonio.
El Ministro Anthony parecía el más entusiasmado, sabía de ciencia cierta que él había estudiado las artes del combate hace mucho tiempo, también que Liam y él eran muy cercanos, pues discutían acerca de nuevas tácticas del ejército.
—Sólo piénselo, su majestad. Sería el primer Omega en hacer su esposo al comandante del Ejército. Fuerte, conocedor de todos los puntos de inflexión para ganar una guerra. Es el eslabón perfecto.
—Además, el joven Payne está de acuerdo en dejar a Gael Otto como el nuevo comandante.
Louis levantó una ceja y lo miró, tan imperturbable como siempre, no lo creía capaz de ponerle una mano encima en el lecho.
—¿Estarías dispuesto a dejar todo por lo que has luchado por convertirte en el consorte del Rey? —Louis intentó no verse algo irritado por todo este circo.
—Juré que haría hasta lo imposible para proteger a la familia real, estoy dispuesto a tomar su mano en matrimonio, si me lo permite, para que seamos más fuertes como nación.
No creía que esa idea hubiera surgido sola en la cabecita de su comandante, tuvo que tener alguna influencia de alguien, quizá alguno de sus ministros, sabía que era una buena estrategia para que se levantaran como reino y se proclamaran como prósperos, pero todo en él le decía que seguir las normas no siempre estaba bien.
—Lo tendré en consideración, Liam. Muchas gracias por tu oferta. Les haré llegar la respuesta en la siguiente sesión, gracias.
—Su alteza, no tenemos mucho tiempo antes de que...
—Mi respuesta no tendrá apuro.
Louis se levantó casi con violencia, las miradas de todos puestas en él antes de que prácticamente corriera fuera de ahí, tomando sus ropas entre tus manos para hacer su caminata más amena. Pronto, se vio corriendo en los pasillos de su propio castillo sintiéndose un extraño.
Cuando llegó a sus aposentos, se recargó en la puerta, Harry viéndolo preocupado mientras se acercaba a él.
—Omega... sentí que estabas mal desde el pasillo contiguo.
Dejó escapar un suspiro, no lo miraba, bajaba la cabeza mientras ordenaba sus ideas en su mente. Sin embargo, sintió esas manos fuertes tomarlo con delicadeza, moviéndose para poder apegarse al Alfa, sintiendo su Omega ronronear.
—Estás pálido.
—Sufrí un aborto.
Dejó caer la bomba a penas levantar su cabeza, Harry se veía aterrorizado y en shock, abría su boca y la cerraba como un pez fuera del agua, sin saber cómo reaccionar o qué decir en esos momentos. Louis creía que había herido a su Alfa, muy dentro de Harry algo se había roto, como si hubiese fallado como el Alfa que su madre le inculcó ser.
—Tú...
—Cuando pasó todo esto, con mi madre, con mi hermano, con Stefan. Estaba embarazado. No tome mis hierbas. Había mucha sangre...
—¿Por qué no me dijiste?
—¡Porque no eres mi Alfa, Harry!
Harry se alejó, mirándolo con impresión ante el desborde de emociones en Louis. Todo en él era fuego, podía sentirlo en la habitación, no quería verse débil, pero gritaba en busca de ayuda, no podía seguir negándolo o iba a morir.
—No me has mordido... todos estos años, me has dicho que soy tu Omega, pero no has hecho nada al respecto. Lo he respetado, no te he obligado a que te cases conmigo aunque podría hacerlo. ¿Entiendes? Yo te amo, te he amado desde el primer momento. Siempre lo he hecho, pero mi Omega sufre, sufre no tener tu marca. No puedo más... —Louis respiró con fuerza antes de mirarlo, erguido. —Debes tomar una decisión, Harold... ¿Aceptas ser mi esposo? ¿O me dejarás en brazos de otro Alfa?
Louis se notaba desesperado, casi temblaba cuando rebuscó entre su peinador, Harry estaba muy confundido cuando sacó un anillo. Era de oro macizo y tenía una piedra preciosísima verde en la cúspide, por alrededor pequeños diamantes lo cruzaban.
—Hace años... me dieron este anillo, mi padre lo mandó a hacer para mi, pero quedó grande en mis dedos. Muy grande. Lo iba a devolver, y quizás a matar al que lo hizo de una medida errónea, pero yo lo detuve. Miré la piedra y recordé tus ojos, todo en ella gritaba a ti, es grueso, pero es delicado. Creía que quizás podría quedarte... cuando te propusiera matrimonio.
Harry estaba pálido, todo era tan confuso, era tan arriesgado. Se arriesgaba a la corte y a su sentencia de muerte si decían que se había aprovechado del jóven Rey, que en realidad el Soberano no entendía lo que hacía.
Pero no le importaba.
Todos esos años en donde su Alfa le exigía que mordiera al Omega, que lo reclamara para poder aliviarse, pero también para protegerlo de otros Alfas que quisieran ponerle las manos encima, de cualquiera que pudiese querer aprovecharse de él y de su situación de soltero.
Sabía que Louis no necesitaba que se ocuparan de él, pero con todo lo que ha pasado entendía que, al menos, necesitaba de alguien en quien confiar.
Louis tomó la mano de su siervo e intentó en algunos dedos colocar el anillo, pudo en el anular, algo màs delgado que los demás y sólo mordió su labio inseguro.
—Sí, Louis.
—¿Cómo?
—Me casaré contigo. No quiero que estés en los brazos de otro Alfa, pero la razón de decir que si no se basa en mis celos. Se basa en que sé que cualquier Alfa que coloquen a tu lado te mirará con envidia, querrán tener tu lugar en el trono, no te tratarán como te lo mereces ser tratado, con delicadeza y firmeza, no dejarán que te desenvuelvas como lo sabes hacer en la corte... Eres el Omega más fuerte que conozco, todos estos años, todos tus aprendizajes, lo haces por el bien del pueblo, no por obtener más poder. Lo haces porque eso es lo que te preocupa... Louis... Si yo soy tu consorte tendré que aprender tantas cosas, pero voy a hacerlo, voy a esforzarme, voy a dar lo mejor de mi para ser lo mejor para ti.
Louis tenía los ojos cristalinos, como dos gotas de agua, cuando Harry lo miró.
—Seré un buen Alfa esta vez.
—Eso espero.
Había un deje de diversión en su voz.
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Ember of Villefranche ; l.s
FanfictionSu cabeza se estiró y se posicionó en el arco que formaba su cuello, mientras todo su cuerpo ardiente se movía en su contra, ocasionando que su miembro se levantase y rozara las preciosas y llenas nalgas del soberano, dejando salir de sus labios sua...