fetiches, aristemo

disfraces.

¡Perfecta idea! ¿Qué podría suceder en una fiesta de disfraces?

Y es que el problema no era ver a un montón de gente que no conozco mal caracterizados de personajes muy comunes; la cosa estaba en Aristóteles, que pudo vestirse de tantas cosas, pero ¡no! justo se viste como un personaje histórico, exhibicionista, súper sexy. Básicamente  su traje consistía en unos shorts muy pegados con una capa que dejaba ver todo su caliente torso y nada más, ¡nada más!

Y entre el traje entallado, el baile combinado con el calor del ambiente y alcohol; Aristóteles desprendía un aura de joven follador.

Aristóteles me dirigió una mirada dulce pero seductora mientras se acercaba a mi. Tomó mi mano y acarició el dorso de ella haciéndome subir unas escaleras, entramos a una habitación vacía. Mi erección seguía creciendo y Aristoteles no cooperaba mucho tocándome y besando mi cuello, dejándo chupetones y rastros de saliva; humedeció mis pezones y yo solo era un completo mar de gemidos, que parecían encantarle a Aristóteles. Cambiamos de posición y bajé sus pantalones comenzando a besar su gran bulto...

Desperté en un cuarto que no conocía, estaban tres chicos más,incluyendo a Aristóteles, pero todos con los disfraces impecables de la noche anterior. Supongo que fue otro sueño húmedo.

Me levanté de la cama y pasé al baño notando marcas rojas en mi cuello -¿Qué mierda?- musitó extrañado.

-Estuviste genial ayer Temo-