hipoxifilia.

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-¡Solo a ti se te ocurren estas mierdas!

-Shh, baja la voz cielo.

-Baja la voz, mis huevos. ¡Cabrón!

¿Cómo no estar enojado con Aristoteles? Más temprano habíamos tenido una salida con nuestros amigos, un dolor de culo, literalmente.

A veces tener sexo no es tan bueno los días siguientes, y si hay una salucion, definitivamente es la crema para el ardor; de esas que les ponen a los bebés cuando se rozan las nalgas.

Esperaba que para Aristoteles fuera sencillo ir a la farmacia por un pote de crema, pero no. ¡Es Aristoteles! y el muy cabron compró un "hot gel", no quería seguír con el dolor asi que en vez de leer el empaque, sólo lo aplique en mi ano. Y mierda, si sentía muy bien, muy fresco.

Treinta minutos y mi culo estaba nadando en sudor, pensé que eran efectos secundarios y decidí leer el empaque. De ahí, lo demás es historia, cancelar a nuestros amigos porque necesitaba una maldita ducha y menos testosterona no era la mejor excusa.

Peor, a mi novio, se le ocurrió ponerse de caliente en un elevador público, el hot gel no estaba ayudando a mis hormonas.

-¿Quieres que nos escuchen? - Aristoteles susurraba mientras restregaba su pene en mis nalgas.

-Ni creas que voy a dejar que me folles en un lugar con cámaras, ni de joda.

Ay estúpido debo de ser, solo le di una idea más a Aristoteles que es tan pero tan ocurrente. En cuestión de segundos estaba acostandome  en un rincon de las escaleras, esas que están cerca del elevador y que te dan a todos los pisos, nadie en su sano juicio usa esas; buen lugar para coger ¿no?

Bastaron 3 minutos para tener el culo bien abierto y el pene del contrario embistiendome.

La posición no era la mejor, estaba tirado en el suelo con las piernas abiertas mientras Aristoteles se apoyaba en el suelo, definitivamente buscaré si es posible hacerlo de esta manera porque yo sentía que me partían en dos, literalmente. Todo marchaba muy bien, mi pene se sentía feliz y mi próstata estaba palpando el paraíso.

Pasos; se estaban escuchando malditos pasos, aunque el eco retumbaba lejos, ahi estaban, y el buenote de Aristoteles parecía no escuchar ni madres.

-Ah! Ari.... Ari, alguien viene ah!

-Callate.

-Callate, mi verg.. ah.- solté un suspiro, la mano de Aristoteles apretó mi cuello con algo de fuerza. - ¿Qué haces? - dije en un susurro pues apenas podía respirar.

Aristoteles tenía el ceño fruncido, y mordísqueaba su labio mientras hacía presión en mi cuello, podía sentir mi respiración lenta por la falta del aire. Escuchaba los pasos aproximándose a la par de las embestidas del otro, mis ojos se mantenían medio cerrados y mi pene palpitaba del placer. Tenía ese cosquilleo en mi vientre y mi vista estaba nublada, en cuanto los pasos fueron más constantes y se empezaban a escuchar voces, Aristoteles liberó mi cuello, sacando su pene. Tome un bocanada de aire subiendo mis pantalones y recuperando el aliento, aun estaba algo ido.

Escuche los pasos acercándose a nosotros -¿Pasa algo aquí?

-Es que se ha caído, y creo que se golpeó. De hace rato está así

Lo último que escuché decir a Aristoteles, solté una risa boba y caí dormido,desmayado, en realidad.

Dedicado a canelaxmarcos
[hipoxifilia; exitacion al ser ahorcado o sentir  falta de aire al tener relaciones sexuales]

fetiches, aristemo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora