XVI. Intentos frustrados

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Si Jimin pensaba que todo sería sencillo, que Yoongi se pararía frente a él y en lugar de hablar sobre ello, buscaría su boca porque las acciones pueden ser más claras que las palabras, ahora se da cuenta cuan ingenuo estaba siendo.

No todo es tan fácil como los planes y películas románticas que arma en su mente.

No han hablado de aquello del parque.

Yoongi no ha intentado besarlo.

Jimin tampoco, aunque si mira el panorama general no han contando con el ambiente, el momento y todo cuanto alude a ese instante exacto en que llegar a la boca de alguien es cómodo y natural.

Si bien se prometió a sí mismo intentarlo en lugar de sentarse a esperar, se convence de ir con calma, moviendo sus piezas pausado, sin apuro. ¿Estrategia o falta de seguridad? Jimin no sabría decirlo con exactitud, prefiere quedarse con lo primero.

Algo así como avanzar lento, pero seguro... aunque siente que apenas ha dado unos cuantos pasos, casi estancado —al mismo tiempo quiere correr, mas no tropezarse, entonces vuelve al círculo: con calma, lento, las zancadas podrían hacer que sus pies se enreden y caiga; todo un desafío a su paciencia—.

Quiere un espacio solo para él y Yoongi. Quizá retroceder a ese día en el parque y besarlo con más ganas.

De momento la boca de Yoongi parece tan inalcanzable.

El semestre inicia, los días pasan y tener un momento cómodo a solas ha sido difícil.

Cuando su hyung le escribió el fin de semana que volvió de Busan, no esperó verlo tras su puerta con un peluche de Chimmy y esa sonrisa que tanto le gusta. Aquel sencillo "¿Puedo ir a verte?", le hizo levantarse de la cama, ponerse ropa decente en lugar de su ligero pijama desgastado y cepillarse el cabello con las manos frente al espejo, porque lucía perezoso y desastroso.

Su mente ansiosa demandaba exudar pensamientos y decirle a Yoongi que le gustaba, que no sabía exactamente qué quería, pero si partían por retomar aquello de los besos no se quejaría, para nada, eran muy bienvenidos. A la vez, liberaba la batalla con la inseguridad, esa que lo retenía a dar los primeros pasos y esperar a ver qué tenía que comentar el mayor —esperar, está cansado de hacerlo, pero sus intentos por acercarse los percibe tan torpes—.

Al final fue un condicionante externo que dictaminó que todos sus deseos quedaran guardados temporalmente cuando su familia estaba alrededor, centrados llenos de curiosidad en su invitado. Después de todo, no suelen llegar chicos regalando peluches a la puerta de los Park. Lo máximo que logró fue meter un pastelillo de arroz a su boca y tocar su mano un par de veces entre un roce y otro que de casual tenía poco y nada, fue un acto deliberado con aspecto de coincidencia, está seguro que Yoongi lo notó y el mejor segundo fue cuando dejó un apretón cortito al enganchar esos dedos pálidos a los propios.

Y así han seguido sus interacciones. Las conversaciones largas habituales por chat durante la noche y muchos roces que parecen casuales cuando están juntos.

Bueno, eso último sí se ha vuelto una novedad al ocurrir dentro de la escuela, en especial porque juegan a que las caricias pasen desapercibidas aún si están rodeados de sus amigos en la mesa de la cafetería que se ha hecho estrecha para todos ellos, sentados arrimados y codos chocando.

Al final, se da cuenta que ser disimulado no es lo suyo, porque recibe miraditas y sonrisas de sus cercanos.

Claro que esto también ha ido atrayendo muchas otras miradas intrigadas y alimentando rumores, que además de involucrarlo a él, meten al resto de su grupo. Por supuesto que Hoseok —el sol personificado—, ahora que se sienta con frecuencia en su mesa "marginada", ha sido un buen blanco cuando notan su cercanía a Tae. Al principio le preocupaba, pero no parece afectar la atmósfera alegre entre Taehyung y el golden sunbae, lo cual es un alivio para Jimin. Otros especulan que Seulgi y Wendy tienen algo, pero ellas bromean y se lo toman con humor. 

Punto Ciego [YoonMin/JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora