Yoongi sabe que no siempre se vive de triunfos, aunque saberlo y racionalizarlo dista a las sensaciones que se derraman pesadas por el cuerpo, a ese efecto de vacío propio de la decepción, la misma que surgió aquella tarde que perdieron el partido que definía si iban a las semifinales.
Temporal y no tan densa, no se prolongó demasiado y se debió a que era de las pocas ocasiones en que se dispuso a mirar el lado medio lleno del vaso, por lo general era al revés y de ser otro momento de su vida, estaría frustrado, porque él, como parte del promedio de personas, no le gusta perder —¿a quién le gusta perder? A Yoongi no—.
No fue tan malo, tuvo la dicha de disfrutar del triunfo el año pasado y la escuela todavía ostenta feliz en una vitrina reluciente el trofeo obtenido, ahora es crítico con el desempeño y que a diferencia del torneo anterior, muchos de los buenos jugadores estaban en un grado superior y este año no disponían de ellos.
No es tan malo, más bien, tiene algo bastante positivo, su lado medio lleno del vaso: le deja más tiempo para las otras cosas que le gusta hacer. Ha vuelto a revisar sus composiciones en pausa. Ahora sus días tienen más horas para compartirlas con Jimin después de clases.
Tardes de cafés fríos y visitas cargadas de adrenalina a tiendas por provisiones de skincare, ropa y papelería. Se han vuelto a besar en los probadores, ha ido a acompañarle a un par de sus clases de danza luego que su dongsaeng dijera "hay chicas que llevan a sus novios, deberías venir" y esa frase es razón de cosquillas directas en su estómago con tan solo evocarla. Es que no puede evitar desmenuzar aquella oración en su mente y sumergirse en cada posible sobreinterpretación, le gusta pensar que Jimin lo visualiza como "su novio que lo puede acompañar a los ensayos".
—Ustedes son torpes, apuesto que al igual que tú, Jimin está esperando que se lo digas y no lo digo porque Seulgi me lo haya confirmado, es decir, ambas tenemos la misma impresión —le comentaba Wendy la última vez que se saltaron juntos una clase de inglés—. Alguno de los dos tiene que dar el primer paso y me gustaría que fueras tú, para estas cosas siempre sueles esperar que alguien más se acerque a ti. Todavía recuerdo que Hoseok tuvo que animarte a que tuvieras una segunda cita con Jennie porque te sentías inseguro.
Quiere que sea diferente, pero su plan es hacerlo bien y con calma, no un impulso precipitado de "sal conmigo", una cita, un momento y lugar especial; aunque su impaciencia lo lleva a pensar que está buscando excusas y ganando tiempo en lo que Jimin podría adelantarse.
A ratos quiere que su dongsaeng se adelante, simplificar todo a un "sí" y después confirmarle a su mamá que sí, Jiminnie es su pareja, porque ella siempre dice "amigo" con una entonación sujeta a subtexto, distingue bastante bien la diferencia, ya que al referirse a Hoseok las vocales no se alargan y su expresión no pareciera estar conteniendo la risa.
Antes de salir de casa ella preguntó si se quedaba a dormir hoy su amigo —tono ligero que hace alusión a Jimin—. Yoongi asintió y esperaba no haber estado sonrojado.
Es que cómo no aprovechar que por fin podrán tener un cómodo momento a solas, ese pequeño oasis que tanto anhelan encontrar en medio de sus rutinas. Largas horas a solas.
¿Cómo va a ver el lado malo cuando tiene el peso de Jimin sentado en su regazo con los brazos alrededor de su cuello?
Yoongi rodea su cintura estrecha y ladea el rostro para un mejor acceso a su boca. Jimin gime bajito y empuja un poco más, un balanceo suave, pero cuyo efecto viaja como corriente por su cuerpo.
Sus labios terminan sobre la mejilla tibia de su dongsaeng, quien voltea de forma repentina cuando el temporizador del horno emite un corto ruido avisando que finalizó su función. A Yoongi no le urge levantarse e ir por las galletas que prepararon con los moldes de BT21 que consiguió Jimin y la mezcla pre-hecha que escondió en su bolso junto al colorante y el sobre de glaseado en la incursión al supermercado —compraron honradamente las bolsas de frituritas—.
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Punto Ciego [YoonMin/JimSu]
أدب الهواةHastío y un shot de vodka termina de sellar su imagen de alumno gay problemático -porque no es solo problemático, tiene un valor añadido- de su escuela. Jimin solo es un adolescente que persigue sus sueños y defiende sus ideas. Si ese es su crimen...