I. Algo en común

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Jimin resumiría desde el viernes del desastre a su fatídico lunes como: días del terror.

Sus padres están enfurecidos, por decir lo menos, ni hablar de la directora de la escuela y algunos profesores; otros no están enfados, pero le demuestran que no pasó desapercibido su actuar descarado y vergonzoso. Su hermano menor sonriendo le dijo que bailó genial, sus primos también le han escrito mensajes sorprendidos por su osadía. Para sus amigos es una especie de héroe, un revoltoso revolucionario LGBTQI+ —una exageración de parte de ellos, según su punto de vista—; para una buena parte de estudiantes simplemente es el "freak show", una "loca desatada", un "necesitado de atención" y "¿todo bien en casa?", sobre lo último diría que "por lo general sí, bastante bien, gracias".

Da igual, se cumplió el objetivo de dejar en la mira el tema para observadores externos y envalentonar a otros estudiantes temerosos y bajo perfil.

Para Jimin siempre ha sido reconfortante cuando uno que otro compañero de mayor o menor grado se acercaba agradecido por defenderlo o por infundirle valor para asumir y revelar una parte de su identidad que por miedo solían esconder. No los culpa, la escuela no es un lugar amigable.

Lo sabe, pasó por lo mismo, aunque su salida de clóset no fue una catástrofe, sus padres y su hermano lo tomaron con naturalidad, una especie de "ya lo sabíamos". No así otros familiares, compañeros y, en general, su antigua escuela.

—...Entonces de verdad creí que no me había visto y seguramente parecía un bobo mirándolo, igual a un cachorro al que le regalas una croquetita y te sigue hasta el fin del mundo, quería decirle alguna frase ingeniosa, pero no, me dejó paralizado. Es injusto que me pase eso, pero es que es como mirar al sol y mirar directo al sol es dañino...¿y sabes que me dijo? —Taehyung habla incesante, Jimin apenas levanta la mirada de su libreta de apuntes que tiene abierta sobre las piernas.

—¿Qué te dijo? —pregunta intentando no sonar hastiado, porque su amigo lleva al menos diez minutos, o sea casi todo el receso, hablando del sol de la escuela, del golden sunbae que todos aman porque es la amabilidad personificada: Hoseok.

—"Buenos días, Taehyung-ssi" y me dedicó una de esas sonrisas brillantes. —Sus labios se estiran, incluso muestra sus dientes y sus ojitos se entrecierran de felicidad—. ¿Sabes que significa eso?

—¿Qué se sabe tu nombre?

—¡Exacto! —Golpea su muslo y Jimin brinca, sobando de inmediato la zona—. Y yo que pensaba que era un completo ser anónimo para ese astro bonito.

Jimin no quiere sonar como un destructor de ilusiones, pero desde hace un tiempo es raro que algún alumno de la escuela no sepa quienes son ese pequeño grupo llamativo de marginados, si hasta los llaman como el club de los "maricas y las tortilleras". Tienen hasta su rincón de mesas en la cafetería y pareciera que esa etiqueta los acompañará el resto de tiempo que les quede hasta graduarse.

Todo tiene una ridícula etiqueta y pareciera que en la adolescencia el peso de esta es mayor que nunca. Ese algo que define tu identidad como si no hubiera más que añadir de ti. Y es inevitable caer en la rueda y no hallar la forma de escapar de ahí.

Jimin siente que tiene muchas expectativas ajenas encima y que a momentos trata de cumplirlas y en otros, solo quiere tirar todo por la borda.

O es que sencillamente es una amalgama de comportamientos y pensamientos erráticos y momentáneos, a veces un poco perdido queriendo encontrarse a sí mismo.

Mordisquea la figurita de un perrito con un hoodie amarillo que adorna su lápiz nuevo, no entiende cómo Taehyung está tan tranquilo después del castigo que les cayó encima. Seulgi se lamentó toda la mañana porque sus padres decomisaron su celular y ahora está incomunicada con su novia, Jimin pasó por la misma mala suerte, pero escondía un segundo celular que no dudó en prestárselo un momento a la chica para que informara a sus contactos importantes de su actual estatus de aislamiento cibernético.

Punto Ciego [YoonMin/JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora