El sonido de pequeños chasquidos era el único sonido que se sobreponía al sonido de su corazón, jamás creyó que alguien más que Enji podría despertar en él una ansia que hacía que su estómago burbujeara, no podía evitar sentir como sus labios parecían acoplarse como nunca lo habían hecho, no había violencia, no había un desespero de mantenerlo entretenido para que no lo fuera a dejar, no había una urgencia que le impedía disfrutar como los corrugados labios se juntaban tan bien con los suyos, no pudo evitar llevar una mano a su mejilla para acariciar con su pulgar esa fea marca que le cubría gran parte de su rostro.
Suspiró apenas tocó sus pestañas.
ーBakugō...ー
Ese gruñido le causó tanta gracia que tuvo que reprimir la risa al morderse los labios dando así terminado el beso.
Se sorprendió con la calma que se había tomado aquello, hace días que se estaba rompiendo la cabeza con toda la situación y ahora, en una conversación que no superó los cinco minutos había resuelto por lo menos la mitad de los problemas.
Soltó una corta risa que claramente confundió a Todoroki, ese mismo que le miraba expectante, con esos ojos llenos de vida, con ese rostro a un intento de medio teñir con rojo que simplemente se quedaba en un intento porque en realidad no había subido tanto el calor.
ーMierda, estoy jodido ー
ー¿De qué hablas? ー
Pero Bakugō no le respondió y sinceramente a Todoroki no le importó al ver su mirada, esa mirada llena de sentimientos aún confusos que comenzaba a oscurecerse a medida que sus rostros volvían a acercarse.
Nuevamente comenzaron un beso lento, un beso que no parecía querer avanzar más allá de un toque pero mientras más avanzaban esos pequeños toques la duración de cada uno de ellos aumentaba, cada vez les costaba más separar sus labios, cada vez le costaba más negar que lo deseaba desde el fondo de su corazón, ¿Cuanta más razón debía darle a Natsuo ese día?
Gruñó ya frustrado, estaba cansado de hacer callar esa voz en su cabeza que le daba la orden, que le decía sus verdaderos sentimientos y él se aseguraba en callarlos.
Decidió dejar de ignorarlos apenas empujó a Todoroki contra la cama para ponerse encima, logró acomodar sus piernas entre las de Shōto, logró quedar /sin querer/ con su mano izquierda sobre el pecho del medio albino, y logró volver a juntar sus labios apenas sus miradas se conectaron.
No evitó pegar ambos cuerpos al dejar caer su peso lentamente, no evitó ahora pedir permiso a su boca que claramente fue aceptado y más que permitido, un parte de su cerebro le decía que no debía hacerlo pero simplemente bastó en probar el sabor de su boca para ignorarlo por completo.
Las manos de Shōto tampoco se quedaron quieras, era un primerizo, jamás le importó mucho ese tipo de relación con nadie, no hasta que Bakugō había expresado en voz alta que quería tirarse a su padre. Apenas recordó el sentimiento le rodeó con ambos brazos por su cuello, impidió que se alejara, solo por un momento Bakugō era suyo, no lo dejaría ir, no permitiría que se fuera, tenía que luchar, luchar para que su padre no le quitara más.
Pero aunque logró imaginar varias cosas no lograba imaginarse la situación donde Bakugō estaría bajo de él luchando por su respiración, no creía que la forma que ellos dos intimaron fuera algo que pudiera hacer, quizás podría morderlo o arañarlo pero jamás de la forma que su padre lo había hecho, jamás podría pensar en dañarlo hasta que su cuerpo estuviera cubierto de sangre.
Simplemente no.
Entonces, ¿Cómo haría para que Bakugō lo eligiera a él?
¿Cómo podía vencer a su padre?
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La ultima tentación 『EndeBakuShōto』
Fiksi PenggemarEl fruto prohibido es más delicioso.