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JinYoung se sentía tan avergonzado por llevar ropa 3 veces más grande que su cuerpo frente a su madre, quien charlaba con JaeBum cómodamente. Pero debía agradecer de que no lo halla encontrado vestido como príncipe.

Cuando ambos cruzaron miradas, sus mejillas ardieron. Y la peor parte se la llevaba JaeBum ya que acaparaba la atención de la señora Park.

- señor Im, ¿se encuentra bien? - preguntó algo preocupada la pobre mujer.

- eh, sí, solo que el suéter es demasiado calentito, pero para las tardes de invierno es perfecto.

- oh, entiendo, JinYoung también debe comprarse uno, no quiero que se resfrie.

- lo entiendo, señora Park... - dijo tranquilo, aunque el menor no lo estaba.

Así que se levantó y se dirigió hacia su progenitora para abrazarla y llenarla de besos de manera amorosa y tierna, hace mucho que no compartía con ella.

- mamá, tengo sueño... - le comentó con voz de niño pequeño. - ¿vamos a casa a acostarnos? Quiero dormirrr.

- está bien, pero despídete del señor Im. - y nuevamente sus mejillas enrojecieron.

- sí, mamááá. - le dijo cual niño pequeño siguiendo la instrucción.

Cuando ambos se despidieron, se sintió diferente, ¿acaso todo cambió con un beso? Eso sería extremo...

- Jinnie, estoy cansada, ¿puedes ordenar algunas cosas? - le preguntó su mamá con suavidad, y no era chiste, de verdad se veía cansada.

- está bien, ve a acostarte. - le dijo suave y sobó su espalda para dirigirla a las escaleras.

Después de todo, no era tanto lo que había que ordenar, solo unas pocas cosas como los cojines del sillón y barrer la alfombra. Aunque igual tenía su complejidad.

Y como no estaba apurado, pensaba...

¿Cómo pasó eso?   De verdad tenía demasiado miedo con que las cosas ahora cambiaran. Ah, y para remate... llevaba su ropa, con su aroma... con su esencia...

Se sentó en el sillón que acaba de ordenar y se dedicó a pensar en lo que pasó. Pero, ¿por qué?, ¿por qué de la nada? O sea... podría explicarse de que lo que acababa de suceder fue por una leve atracción hacia su vecino, después de todo, él lo cuidó, lo recibía cuando estaba solo y ahora lo ayudaba. Claro, todo eso sucedió en poco menos que un mes.

- vamos, JinYoung... - se dijo a sí mismo. - no puedes caer en atracciones...

Trataba de convencerse de que todo eso era atracción, y lo era. Uno puede decir que es amor luego de 4 meses, pero también debe ser mayor de edad, pues las áreas del cerebro terminan de madurar después de los 18 años. Claramente, atracción. No tenía dudas.

Se puso de pie para irse a la cama, bueno, mejor a la ducha. No necesitaba pensar en eso, solo olvidarlo. Eso, intentaría creer que eso pasó en un sueño... o pesadilla. Y qué mejor que una ducha caliente.

Mojó su gélido cuerpo con el agua tibia-caliente, soltando un suspiro. Por lo general se sentía tenso en los momentos de los exámenes, pero no ahora, no por algo "absurdo"... absurdo... su primer beso fue algo... absurdo...

La verdad es que solo quería dormir y tener sueños felices con su lado humanista y olvidar sus preocupaciones, directamente a Soulmate. Por unos segundos se quedó paralizado al mirar de reojo su silueta, ¿estaba allí...? Sus ojos se llenaron de lágrimas, empezó a tener miedo, ya había sido suficiente por hoy, no... no. No esta vez...

- te lo suplico... solo por esta noche... vete... - murmuró evitando mirar al espejo.

Para cuando miró, la paz junto a un miedo horrible lo carcomió por dentro, no podía ser posible, Soulmate había invadido su cabeza, su vida, su cordura y locura dependían de él...

R̸e̸f̸l̸e̸j̸o̸ D̸e̸l̸ A̸l̸m̸a̸ |̸|̸ B̸N̸I̸O̸R̸ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora