JaeBum vendó los ojos del menor frente al espejo, cosa que provocó a la criatura viva dentro de ellos. El chico a ciegas no sabía qué sucedía, pues uno le teme a lo que no sabe que ve, no a lo que no ve.
- cuando entres: no toques nada. - le ordenó. - todo allí es una trampa.
- ¿Soulmate está allí dentro? - murmuró asustado.
- no, nadie, esa cosa estará en este mundo. - le respondió como si nada.
- ¿es tu mundo? - JaeBum quedó en silencio varios segundos, haciendo pensar a JinYoung que lo había abandonado. - ¿JaeBum...? - el nombrado suspiró, dándole un poco de certeza al joven que seguía allí.
- tendrás que ir solo. - JinYoung tembló un poco, estaría bajo cuenta propia, como Im dijo; solo.
- estaré bien... - dijo, intentando convencer al mayor, aunque más que nada fue para convencerse a sí mismo. - lo haré bien, solo dime qué hacer...
- busca una corona. - le indicó. - busca una corona algo... especial.
- ¿cómo es?
- es... extraña. - respondió JaeBum. - tú sabrás cuál es.
- ¿y por qué yo? - volvió a preguntar. - tú sabes de ese mundo.
- es... - suspiró levemente. - después te explico. - le dijo rápidamente. - ahora ve.
JaeBum tomó sus manos con cuidado y empezó a guiar a JinYoung a la entrada de ese mundo.
La preocupación los consumió a ambos, ya que, para empezar, JinYoung estaría solo en un mundo ajeno en el cual amenazaba su vida y no entendía nada, segundo era que JaeBum debía mantener a Soulmate fuera del espejo durante un buen rato, hasta que por lo menos el chico lograse hallar la salida de ese lugar, y tercero, existía Soulmate y JaeBum en una misma habitación.
El ambiente era extremadamente tenso.
Apenas el joven pasó al otro mundo, una luz cegó levemente sus ojos, dándose cuenta de que la venda, junto a su ropa, habían quedado en el otro lado del espejo.
Se miró a sí mismo, casi irreconocible, ¿era él?, ¿era él de verdad? La ropa de un príncipe, la más alta seda cubriendo su sagrado cuerpo. Con una polera con bordados de oro y formas de rosas alrededor y pantalones negros en su totalidad, junto a unas botas de cuero color café, muy cómodas por si acaso.
Rió un poco al verse y miró al piso, percatándose de lo reluciente que era, incluso se podía ver a sí mismo en él, y sin desaprovechar la oportunidad, empezó a arreglar unos pocos mechones de cabello que caían por su frente y lo reacomodó en su largo flequillo que cubría sus cejas.
Aunque, eso no era todo.
Luego de contemplar el piso, alzó su vista y miró a su alrededor, viendo todos los tesoros botados, como la cueva de las maravillas en la cual entró Aladdin para robar la lámpara.
Pero JinYoung sabía de que no era una lámpara lo que debía encontrar, y estaba tentado a robarse algunos tesoros, pero de inmediato la voz de JaeBum retumbó en su cabeza.
"No toques nada..."
Y tuvo que ingeniárselas para no tocar nada, pero una gran incógnita nacía dentro de él, y es que JaeBum le había dicho de que debía encontrar una corona, pero el verdadero problema surgía en que había cientos de coronas botadas en el regadero de riquezas que estaba esparcido allí.
Intentó no perder el tiempo y empezó a pasear rápidamente por el lugar, buscando lo que debía obtener de ese lugar, aunque el ambiente se le hacía demasiado extraño, pero no lo suficiente como para distraerse de su labor principal, que era encontrar esa corona.
"Sólo tú sabrás cuál es"
Dudó un poco de esas palabra, pero estaba allí solo, por su cuenta. Ah, y moría, Soulmate lo dejaría de torturar.
Buscó en la mayoría del espacio, pero nada, no estaba seguro de nada .
Se detuvo unos momentos para descansar y pensar. Esto era una broma inusual o prácticamente no era nada y JaeBum lo mandó aquí para deshacerse de Soulmate en otro mundo y mantenerlo lejos de eso. Sí, era eso, y no había de eso de 3 misiones. Solo perdía el tiempo allí dentro.
Pero aún así siguió, si es que encontraba algo que llamara su atención.
Ya de pie siguió dando vueltas hasta toparse con la supuesta corona que debía encontrar, y pese a que no estaba seguro, la tomó con cuidado para observarla a detalle.
Era sencilla y parecía de fantasía, de resina, pero por el peso que tenía, deducía de que estaba hecha por metales como el oro y piedras preciosas.
Por algunos momentos pensó en si las palabras de JaeBum tendrían sentido o algo parecido a un silencio incómodo o regañador se apoderaría del ambiente. Pero no podía apreciar nada más que lo que en sus manos sostenía.
El objeto era sencillo, parecía hecho solo de hojas, de las más sencillas halladas en el bosque, pero no, alguien dedicó su tiempo y vida para darle forma a esas piedras.
¡Dios! No quería pensar en los millones que podría ganar si vendiera la corona por quilates. Y sí, MI-LLO-NES.
Las "ramas" hechas de oro fueron entrelazadas y dadas de la forma de aquellas, y las hojas incrustadas no eran nada más ni nada menos que esmeraldas, tanto como en el mercado y en el mercado negro se ganarían millones de dólares, pero no.
Eso, quizás, tendría más calor que el que creía, ya que si JaeBum se lo pedía era para deshacerse de Soulmate, no para ganar dinero.
Por unos segundos, fuera de su razonamiento, se acomodó la corona en su cabeza, notando lo bien que le quedaba ésta, justo a su medida. Incluso se sonrojó por su infantil acción.
Convencido de que ya era tiempo de volver, pero no quiso dejar la corona allí botada, por lo menos esa le gustaba.
Al llegar a donde había partido, miró verdaderamente de dónde había salido. De un espejo de bronce.
Se miró allí, dándose cuenta de la principesca apariencia que portaba, bueno, más bien dicho, la ridícula apariencia que portaba. Aún así le agradaba.
Rió un poco y se dirigió hacia él para entrar, apenas lo tocó, la tierra se sacudió, causándole un miedo horrible.
- ¡JaeBum! - atinó a llamar, aunque dudaba que éste lo escuchase debido a que el susodicho estaba en otro mundo, literalmente.
Cayó sobre su trasero mirando al espejo que parecía derretirse frente a él y avanzar hacia su cuerpo mientras retrocedía hasta chocar con un monte de oro.
No entendía que pasaba, mucho menos qué haría o por dónde huiría.
Se puso de pie rápidamente y corrió a esconderse por donde sea. Ahora estaba perdido completamente.
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R̸e̸f̸l̸e̸j̸o̸ D̸e̸l̸ A̸l̸m̸a̸ |̸|̸ B̸N̸I̸O̸R̸
FanfictionDesde que JinYoung tiene memoria ha crecido sin su padre, sabiendo de que éste se había suicidado por presentar escenas paranoicas de un miedo irracional a los espejos , pero a sus 16 años entenderá por fin lo que su padre le dijo en su lecho de mue...