No iba a negarlo, es más, o gritaría a los 7 mares para dejar en claro que el cuerpo de su víctima le encantaba, pero sería como llamar al resto de los lobos de la manada, y quería que ese chico fuera solo de él.
El único problema era que era muy miedoso y sobre él estaba una pared llamada JaeBum, que protegía a esa pieza delicada de joyería, estaba consciente de lo que el muchacho valía. Y eso lo hacía más exquisito.
No se acercó más allá de nada. Aún habían personas alrededor del chico, no podía dejar que lo vieran.
- JinYoung, ¿puedes decirme el abecedario hasta la E? - le preguntó el joven doctor al ver que el chico no reaccionaba.
- A... B... B... - murmuró apenas. - C...
- D, E. - le dijo para que continuara.
- D... E... - le murmuró respondiéndole.
- bien... así vas bien, pequeño...
Suspiró unos segundos, por los menos sabía que estaba bien a nivel corporal, aunque seguía en estado de shoock, pero eso solo sería cosa de tiempo para que reaccionará, quizás la compañía de alguien querido, como sus amigos o su madre, lo ayudase a despertar. Pese a eso, no sabía que su sola presencia le bastaba para calmar al menor que lo miraba con ojos de ternura.
- Jinnie, llamaré a tu madre para avisarle del accidente, ¿está bien? - el mencionado asintió lento. El doctor salió para ir a buscar a la mujer.
Por otro lado, la soledad fue un tormento para JinYoung, así que cerró sus ojos por unos minutos, se sentía cansado, agotado, pero sobre todo, asustado. No quería encontrar a Soulmate apenas abriera los ojos, eso sería lo suficientemente escalofriante para matarlo. Quizás eso quería. Morir.
Sintió una suave caricia en sus manos, la textura era familiar. Abrió lento sus ojos y miró la preocupada mirada de su madre sobre él. Ella ya estaba lo suficientemente sola como para perder a su único hijo.
- mi niño, ¿estás bien? - el chico asintió suave sin mover sus labios. - ay, mi dulce niño, dime qué pasó.
La angustiada voz de su madre lo hizo reaccionar un poco, incluyendo la presencia de su médico allí, lo dejaban fuera de peligro, fuera de la presencia de Soulmate.
- mamá... estoy bien... - le respondió con palabras concretas.
- no vuelvas a asustarme de esta manera. ¿qué sería de mí sin mi niño bonito?
Ya sentía que estaba un poco mejor, que ya estaba a su lado. Su madre estaba en el otro extremo del cuarto, llamando a sus amigos para que vinieran a dar compañía por las horas restantes. Iba a protestar para decir que nadie viniera ya que estaba JaeBum y podría darle el alta. Pero quizás aún no era el tiempo ya que que él tenía otros pacientes a los que atender así que ellos no valen más que su favor. Ni modo, tendría que esperar.
Media hora después sus amigos pasaron por esa puerta para quedarse allí pos unas horas.
- JinYo-Hyung, ¿está bien? - le preguntó YoungJae dándole un fuerte abrazo. Mark lo miró unos segundos, preocupándose por JinYoung y la fuerza que YoungJae ponía en su abrazo.
- sí, Sunshine, estoy bien... - le respondió con voz grave, sentía la boca seca. - solo fue un accidente.
- ¿cómo pasó? - preguntó Mark hacia JinYoung. - o esea, cómo tan tonto.
- no me fijé por dónde iba y pasó. - contestó sin preocupación.
- ¿y el conductor? - inquirió Mark.
- no, él no tuvo la culpa de mi irresponsabilidad. - le dijo con voz suave para calmar a su amigo.
- ¿y si te mata? - bromeó el mayor.
- pues... solo muero. - respondió con obviedad y sin interés.
- ¡ay, no!, ¡no, JinYoung-Hyung!, ¡no quiero perder a mi Hyung! - exclamó YoungJae angustiado, aferrándose al cuerpo de su Hyung, como si no lo fuese a soltar nunca más.
- ¡no, no, no, no, no!, Sunshine, ya, ya, yo no me iré a ninguna parte, no me moriré. - dijo JinYoung algo asfixiado por el fuerte abrazo de YoungJae, el chico podía ser tierno, pero era fuerte.
- yaaa, Sunshine, estará bien, ¿no lo ves? - le dijo su novio riendo junto a todo el resto.
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R̸e̸f̸l̸e̸j̸o̸ D̸e̸l̸ A̸l̸m̸a̸ |̸|̸ B̸N̸I̸O̸R̸
FanfictionDesde que JinYoung tiene memoria ha crecido sin su padre, sabiendo de que éste se había suicidado por presentar escenas paranoicas de un miedo irracional a los espejos , pero a sus 16 años entenderá por fin lo que su padre le dijo en su lecho de mue...