Capítulo 13|Desastre

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Parte II


Abracé a Nikolay con mucha fuerza, tan pronto me abrió la puerta de su casa. Sentí su mano bajar en una acaricia por mi espalda, e indirectamente me sentí reconfortada. Tal vez no quería decirle a él lo que me estaba pasando, pero sin que Nikolay lo supiera, me hacía sentir bien. Y no sabía cómo explicarlo. Era algo que nunca iba a explicar de cuán bien me sentía a su lado.

Besó mi mejilla y me miró directamente a los ojos, agarrando mis manos.

—¿Qué pasa? —pregunté, sonriendo.

Él entornó los ojos.

—No sé... ¿Todo bien esta semana? —preguntó.

Sentí el pulso acelerado, pensando en que él lo había notado todo. Pero me limité a asentir efusivamente, sonriendo.

—Bueno, ya déjame pasar —le dije, fingiendo estar molesta.

Rodó los ojos con una sonrisa, y abrió más la puerta para que pudiera entrar. Tan pronto puse el pie ya pude percibir el olor a pollo desde la cocina, y me volteé para mirar a Nikolay con una ceja alzada.

—¿Y Scott y Leah?

—En la cocina —señaló.

Caminamos juntos hasta la cocina y sonreí al entrar, cuando vi a los amigos de Nikolay dentro de ella. Leah estaba inclinada sobre el mesón viendo a Scott, en una pose aburrida, mientras delineaba con su dedo índice el contorno de la copa de vino que estaba bebiendo. Y su novio, estaba parado cerca del horno, mirando.

Cuando nos escucharon entrar, Leah fue la primera en voltear a ver y esbozó una gran sonrisa al verme.

—¡Otra chica más! Me alegra muchísimo que estés aquí —me dijo, acercándose para abrazarme.

Sonreí por su entusiasmo, y pasé mis manos por debajo de sus brazos para abrazarla.

—Hola, chicos.

—Paige —me saludó Scott, con una agradable sonrisa.

—Vino a comer. Espero que el pollo ya esté listo —Nikolay me pasó por al lado para adentrarse más a la cocina, no sin antes recibir un pequeño golpe en el brazo de mi parte.

—No es cierto. Tú me invitaste —lo miré con seriedad, pero la sonrisa que se escapaba de mis labios no me dejaba actuar de esa forma.

—No importa. Tener a alguien más a parte de estos dos —señaló a su novio y a Nikolay con desdén, pero también con una pequeña sonrisa—, es genial, y más si es otra chica y que me cae bien.

—Oh —dije, sorprendida—. Pues gracias.

—A ti todo el mundo te cae bien —le dijo Nikolay.

—No. Tu ex me cae mal —espetó ella, arrugando el rostro.

Miré a Nikolay con sorpresa, pero él no me devolvió la mirada porque estaba mirando a Leah con el ceño fruncido.

—Ni siquiera tratas con ella.

—Te recuerdo que una vez Scott y yo vinimos a visitarte, y sorpresa, sorpresa; ella estaba aquí. Pegada a ti como a una sanguijuela y haciendo todo lo posible para tocarte —dijo Leah, con algo de dramatismo.

Nikolay la miró con cansancio.

—¿Y en eso te basas para que te cayera mal?

—Además es muy superficial, y odiosa. ¿Cómo pudo ser tu novia?

El Destino nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora