1.

863 26 2
                                    

Uno. Dos. Tres. Cuatro.

Me encontré a mi mismo tratando de respirar y contando los golpes que sentía alrededor de mi cuerpo. Eran tan incesantes que ya estaba perdiendo la cuenta. La búsqueda que hacía mis ojos por algún tipo de socorro fue interrumpida cuando me encontré con su mirada. Su cálida, bella, pacífica mirada. Pero la expresión que tenían sus ojos era diferente a la habitual. ¿Podría esta ser de tristeza?. No. No puede serlo "Ella no te ama, ni un poco" . Trato de sacar esos pensamientos de mi cabeza y enfocarme en alguna ayuda posible, pero no hay nadie cerca, no hay nada. Estoy en medio de la nada.

Sigo mirando, no puedo hacer nada más. La desesperación me consume, debo salvarla. Debo salvarla.

-¿Qué pasa, enamorado? ¿Ya no eres tan valiente verdad?

-¿Se supone que eso fue un acto de valentía? -le replica uno de sus amigos en un tono burlón.

-Claro que sí -dice Drew-. El haberse metido conmigo y mi chica es de valientes.

-Y de estúpidos -dice otro de sus compañeros.

Drew suelta una carcajada tan diabólica que me hace estremecer. Pienso que es diabólica porque todo lo que hace él son cosas que, a mi parecer, sólo alguien poseído por un demonio haría. Drew es de ese tipo de chico malo que hay en cualquier escuela. Inseguro, despreocupado por su futuro, y posiblemente con un atributo muy pequeño que incrementa su inseguridad. Río internamente y pienso que este comentario haría que Kay ríera si no fuera novia de ese idiota.

Los golpes no cesan y trato de imaginar el aspecto que tendré cuando siento que un chorro de sangre empieza a brotar por mi boca. De repente todo se torna borroso y siento que me voy adormeciendo cada vez más. Los golpes son más ligeros ahora. Veo una luz, pero no es ese tipo de luz en el que uno creería cuándo se está siendo masacrado. Es la luz de un...

-¡Retirada! -exclama Drew mientras se echa a correr.

Sus amigos, asustados, paran de golpearme y se echan a correr también. Con la vista borrosa, distingo una silueta femenina que se acerca a mi, pero es bruscamente arrebatada de mi lado por una silueta masculina.

-¿Qué demonios crees que haces? ¡Vámonos! -grita Drew a Kaythleen.

Kaythleen. Se quedó para ayudarme.

Veo las 5 siluetas alejarse corriendo mientras otra silueta se acerca a mi. No puedo distinguir quién es hasta que está lo suficientemente cerca a mi cara para examinar mi estado.

-Demonios, pareces una pila de excremento -dice May.

Trato de forzar una carcajada pero este mínimo esfuerzo hace que me duelan las costillas. Así que me estremezco de dolor y May lo nota.

-Debo llevarte a un hospital. -me dice y me levanta, llevándome a su auto.

Me acomoda en el asiento trasero del el auto, cierra la puerta y sube al asiento del conductor y pone en marcha el auto. Alza su télefono y puedo ver que habla con alguien, pero no puedo escuchar. Me concentro en la vista que me proporciona el cielo. Hay una nube en forma de corazón, otra en forma de un tornado y otra en forma de un cuchillo. Un cuchillo. Creo que sólo eso necesitaría para acabar con Drew. Reacciono, encontrándome a mi mismo en un estado desconocido, en un estado de ira. Trato de concentrarme en otra cosa pero un golpe demasiado fuerte en el lado derecho de el auto hace que un dolor despiadado me recorra el cuerpo.

Trato de alzar un poco la cabeza para ver qué sucedió. Y efectivamente lo consigo, pero no es nada agradable.

Un auto nos acaba de chocar.

Atrapado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora