Atrapado.

2.

Cuando entra por la puerta se ve tan hermosa que es sorprendente. Se ve más perfecta de lo que es; lleva un vestido verde menta que hace que su piel se vea delicada y suave, brillo labial rojo y rímel negro que hace que sus hermosos ojos verdes brillen más de lo que lo hacen usualmente. Se sienta y me sonríe, le sonrío de vuelta y se torna un silencio incómodo. 

—Hola... —digo tímidamente.
—Hola —me responde con una grande y perfecta sonrisa.
—¿Qui... —me tiembla la voz. —¿Quieres comer algo?
—Claro —suelta una carcajada. —Por eso estamos en un restaurante,¿no?

Me rio y hago una seña al mesero para que se acerque a la mesa. Nos pasa la carta y yo pido un estofado de carne y ella pide un montón de comida, tanta que no puedo memorizar los platos que pidió. Esas son las cosas que me encantan de ella. Recuerdo una canción que se llama "Real Girls Eat Cake" que habla de que las chicas que comen sólo ensaladas son un fastidio queriendo verse bellas cuándo ya lo son. Pero ella no es así, ella sabe que es hermosa, y yo también lo sé.

El mesero nos trae los platillos y ella empieza a comer. No puedo dejar de mirarla, es perfecta en todo lo que hace, y me hace sentir que no hay nada más en el mundo aparte de nosotros, aunque no haya un "nosotros", ella me reconforta y me hace feliz.

—Zeeke... —me dice en un tono nervioso.
—¿Sí?
—Hay algo que quiero decirte.

Me atraganto y empiezo a toser, ella se preocupa y me da golpecitos en la espalda para ayudarme. ¿Podrá ser posible? ¿Va a decirme que siente algo por mí? 

—Lo siento —digo apenado y todavía rojo por la atragantada. —¿Qué decías?
—Bueno, te decía que debo decirte algo.
—Oh, claro. Te escucho.

No ha formado una frase cuándo una banda de desgraciados entrar al restaurante y se dirigen a nuestra mesa. Son cinco, todos altos y fuertes. Reconozco a uno de los hombres inmediatamente. Es Drew.

—¿Qué demonios haces con este? —le grita Drew a Kay.
—Yo...
—¡Ella no tiene por qué darte explicaciones! —la interrumpo.
—¡¿Te atreves a gritarme?! —dice Drew.

De repente siento una mano apretando fuertemente mi hombro. La mano me toma con fuerza y me empuja de la silla haciéndome caer en el suelo. Una punzada de dolor recorre mi cuerpo y veo cómo Drew toma a Kay del brazo lastimándola. Me levanto con todas mi fuerzas y corro hasta alcanzar a Drew y darle un puñetazo. Mi mano empieza a doler pero esa sensación desaparece cuándo veo a Drew tapándose la cara tratando de disimular el dolor. Uno de sus amigos me toma por la camisa y me lanza al suelo. Caigo sobre mis nalgas y el dolor es impresionante. Pero nada importa más en este momento que liberar a Kay de las manos de ese desgraciado.

Me levanto e intento atacar a Drew. Pero uno de sus amigos se interpone en el camino y me dice que si no tuve suficiente. Lo golpeo en la entrepierna y alguien grita: ¡Despierta!


Abro los ojos y una luz blanca hace que los entrecierre mientras se ajustan a la luz. Estoy en una habitación lúgubre y blanca. Hay una cortina blanca a mi lado  y unos aparatos que hacen un ruido, una especie de "beep" incesante. A mi otro lado se encuentra May. Tiene un moretón en la frente y golpes en la cara. Se ve horrible. Todo este accidente es mi culpa.

—Lo lamento mucho. —digo sollozando.
—Yo lo lamento. Te dejé sólo en la escuela por salir con el idiota de Erick.

Erick. Uno de los amigos de Drew. Empiezo a creer que todo este asunto de la cita con May era una distracción para que Drew y sus amigos pudieran capturarme y llevarme a donde sea que me habían llevado y poderme golpear hasta matarme. Afortunadamente, no lo lograron, y todo gracias a May.

—¿Sabes qué pasó con Kay? —me pregunta.
—¿Acaso me estás preguntando por ella? Creía que la odiabas. —digo gratamente sorprendido.
— Aún la odio por el hecho de que siempre terminas golpeado por culpa de ella. Pero estoy preocupada porque sus padres me llamaron preguntando por ella, diciendo que no había vuelto a casa. 
—La última vez que la vi fue cuándo Drew me estaba golpeando. 
—Tu dile eso a la policía.
—¿La policía? —un mareo empieza a surgir en mi cabeza. —No... No entiendo a qué te refieres.
—Zeeke. Han pasado dos días desde eso. La policía la declaró desaparecida.